Volumen VIII No.3 Septiembre 2009 OPERAR O NO OPERAR: LA CIRUGÍA DE CATARATA Y SU EFECTO EN LA RETINOPATÍA DIABÉTICA Lihteh Wu MD TRATAMENTO DAS NEOPLASIAS DE SUPERFÍCIE OCULAR Roberta Ventura MD, Carol Karp MD CHOROIDAL NEVUS David E. Pelayes MD, PhD and Arun D. Singh, MD QUERATITIS POR ACANTHAMOEBA: REHABILITACIÓN VISUAL Cecilia Marini MD, Anat Galor MD, Eduardo C. Alfonso MD PERIOCULAR BASAL CELL CARCINOMA: CLINICALHISTOPATHOLOGICAL CORRELATION IN 323 PATIENTS Gustavo A Novais, Maria E Orellana, Dina Abdulmmanan, Bruno F Fernandes, Helena P. Solari, Bryan Arthurs, Miguel N Burnier Jr. ACTINOMYCES SPECIES A RARE CAUSE OF KERATITIS: CASE SERIES AND LITERATURE REVIEW Andrés Emanuelli MD, Horacio Tous MD, Carmen Amaral MD, Lilia Rivera MD “UVEITIS ANTERIOR SECUNDARIO AL USO DEL ACIDO ZOLEDRÓNICO EN EL TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS POSTMENOPÁUSICA” Chun Cheng Lin Yang, M.D., M.Sc., Carmen María González López, PharmD. THIS IS A ‘SPEC IAL ISSUE” FOR TH E JOINT MEETIN G OF TH E AAO AND TH E PAAO . 4 : PAN-AMERICA Septiembre Febrero 2009 Mark J. Mannis, MD University of California, Davis Sacramento, California Editor-in-Chief Cristian Luco, MD Santiago, Chile Associate Editor Teresa J. Bradshaw Arlington, Texas Managing Editor Terri L. Grassi Arlington, Texas Production Editor EDITORIAL BOARD Eduardo Alfonso, MD Miami, Florida USA Alfredo Sadun, MD Los Angeles, California USA Eduardo Arenas, MD Bogotá, Colombia José Benítez del Castillo Sánchez, MD Madrid, Spain J. Fernando Arévalo, MD Caracas, Venezuela Allan Slomovic, MD Toronto, Ontario, Canada José A. Roca Fernández, MD Lima, Perú Luciene Barbosa de Sousa, MD São Paulo, Brazil Denise de Freitas, MD São Paulo, Brazil Lihteh Wu, MD San José, Costa Rica Marian Macsai, MD Chicago, Illinois USA Paulo Dantas, MD São Paulo, Brazil David E. Pelayes, MD PhD Buenos Aires, Argentina Chun Cheng Lin Yang, MD MSc San José, Costa Rica OFFICERS Richard L. Abbott, MD San Francisco, USA President, Pan-American Association of Ophthalmology Rubens Belfort, MD São Paulo, Brazil Chairman of the Board, Pan-American Ophthalmological Foundation PRODUCTION STAFF Javier Jiménez Graphic Design Eliana Barbosa Director of Production and Distribution PAOF INDUSTRY SPONSORS Special thanks to Ana Carolina Vieira, Citlali Gurrusquieta, Mapy Padilla, and Cristián Luco for assistance in translation to Spanish and Portuguese. Advanced Medical Optics Inc. Alcon Inc. • Allergan Inc. • Bausch & Lomb Inc. • Carl Zeiss Meditec Inc. • • Johnson & Johnson Vision Care Latin America • Merck & Co Inc. • Novartis International AG. • Santen Inc. • Prepress Creative Latin Media. Printed in Printer Colombiana S.A. - Colombia CREATIVE LATIN MEDIA, LLC. 2901 Clint Moore P.M.B 117, Boca Raton, FL 33496 Tel.: (561) 495 4728 Fax: (561) 865 1934 E-mail: [email protected] [email protected] : B PAN-AMERICA PAN-AMERICA MENSAJE DEL EDITOR MESSAGE FROM THE EDITOR MENSAGEM DO EDITOR Mark Mannis MD Cristian Luco, MD Editor en Jefe Editor-in-Chief Editor Chefe Editor Asociado Associate Editor Editor Associado De los Editores Los editores de Vision Pan-America extendemos una cordial bienvenida a todos los miembros de la Academia Americana de Oftalmología y de la Asociación Panamericana de Oftalmología durante este magnífico Congreso Conjunto (Joint Meeting) en San Francisco, California. América Latina puede mirar con orgullo el crecimiento de nuestra organización y la calidad de sus congresos y reuniones. Esto se ve reflejado, y no en una menor cuantía, por la calidad y contenidos de nuestra publicación, las cual es buscada cada vez más para publicar ciencia oftalmológica clínica y básica en español, inglés, portugués y francés. En este número del Congreso Conjunto, leeremos trabajos de temas tan diversos como Queratitis Bacteriana y por Parásitos, Carcinoma Conjuntival Escamoso y Periocular de Células Basales, Cirugía de Catarata en pacientes con Retinopatía Diabética, Nevus de Coroides y otros temas que reflejan la amplitud de interés y capacidad de nuestros autores y nuestros lectores. Deseamos agradecer a todos los autores que han publicado en Vision Pan-America como así también a los revisores y al Consejo Editorial por su arduo trabajo para asegurar la mejor calidad posible a nuestra publicación. Esperamos que nuestros lectores y nuestros miembros activos continúen enviando sus trabajos para que sean revisados por sus pares (peer review) y publicadas por Vision Pan-America. 196 : PAN-AMERICA From the Editors Dos Editores The Editorship of Vision Pan-America extends a warm welcome to all members of both the American Academy of Ophthalmology and the Pan-American Association of Ophthalmology as we experience this wonderful joint meeting in San Francisco, California. Latin America can look with considerable pride on the growth of our organization and the quality of our meetings. This is also reflected, in no small part, by the quality and contents of our publication, increasingly sought after as a vehicle for publication of both clinical and basic ophthalmic science in English, Spanish, Portuguese, and French. Os editores da Vision Pan-America desejam a todos os membros da Academia Americana de Oftalmologia e da Associação Pan-Americana de Oftalmologia calorosas boas-vindas a esse maravilhoso encontro em conjunto que teremos em São Francisco, California. A América Latina pode ter orgulho do crescimento da nossa organização e da qualidade de nossos encontros. Isso tudo se faz refletir, em igual proporção, na qualidade e conteúdo de nossa revista, cada vez mais procurada para publicações tanto de ciência oftalmolôgica clínica quanto de básica em Inglês, Espanhol, Português e Francês. In this combined meeting issue, we read papers on subjects as diverse as bacterial and parasitic keratitis, conjunctival squamous and periocular basal cell carcinomas, cataract surgery in patients with diabetic retinopathy, choroidal nevus and more, reflecting the broad interests and capabilities of our authors and readers. Nessa edição dedicada ao nosso encontro conjunto, teremos artigos sobre assuntos variados tais como ceratites bacterianas e parasitárias, carcinoma escamoso de conjuntiva, carcinoma periocular de células basais, cirurgia de catarata em pacientes com retinopatia diabética e nevus de coróide entre outros, refletindo os amplos interesses e aptidões de nossos autores e leitores. We wish to thank all those who have published their work in VPA as well as the hard work of our reviewers and Editorial Board ensuring that our journal is of the highest possible quality. We hope that our readership and our membership will continue to submit the best of their work for peer review and publication in Vision Pan-America. Gostaríamos de agradecer a todos que têm publicado seus trabalhos na VPA assim como a nossos revisores e ao Conselho Editorial, que garantem a mais alta qualidade de nossa revista. Esperamos que nossos leitores e membros continuem a submeter o melhor de seus trabalhos para revisão e publicação na Vision Pan-America. Septiembre 2009 MENSAJE DEL PRESIDENTE MESSAGE FROM THE PRESIDENT MENSAGEM DO EDITOR Richard L. Abbott MD Presidente PAAO PAAO President Mensaje del Presidente por la Reunión Conjunta con la Academia Americana Junio, 2009 Al darles la bienvenida a San Francisco y a la Reunión Conjunta de la Asociación Panamericana de Oftalmología con la Academia Americana de Oftalmología, me doy cuenta que esta reunión representa mi última tarea “oficial” como su Presidente. Cada Presidente ha tenido algunos puntos de su agenda que guarda en su corazón. Quisiera resaltar algunos de los míos y resumir algunos logros clave durante los dos últimos años: 1.Haber otorgado un mayor valor a ser Miembro de la Panamericana, aumentando nuestro fondo educativo y de investigación y expandiendo nuestros programas de becas en Latino América. 2. Ampliación de la estructura de comité y gobierno de la Asociación Panamericana, invitando a más de nuestros colegas jóvenes para que asuman posiciones de liderazgo en comités y motivándolos a ser parte del grupo de líderes de nuestra Asociación. 3. Mejoramiento de la comunicación a nuestros miembros a través de varios medios: Expansión de Vision Pan-America, PAAO Express y nuestro propio boletín electrónico, E-Vision. 4. Aumento global de nuestras relaciones profesionales y de influencia, al participar como miembros de la Junta del ICO y organizar simposios auspiciados por la Panamericana en otros congresos de sociedades supranacionales. 5. Realce de nuestros programas de educación a través de programas científicos mejorados en nuestros Congresos Latino Americanos y cursos Regionales de Actualización, motivando la participación de conferencistas de fuera de nuestra región y enfocando el contenido del programa en contenido clínicamente relevante e información actualizada. 7. Aumento del fondo de nuestra Fundación para brindar más oportunidades de becas y profesores visitantes a nuestros miembros, así como ofrecer fondos para programas extramurales clínicos y de investigación relacionados con la prevención y manejo del ROP en Latino América. Ofrecemos ahora 16 becas anuales para viajar al ARVO. Recordando la larga e ilustre historia de la Panamericana y sus muchos grandes líderes en los últimos 70 años, sería ingrato no reconocer especialmente a un individuo en particular. El Dr. Benjamín F. Boyd, quien se desempeñó como Director Ejecutivo de la Organización durante 25 años desde 1960 hasta 1985 y luego Presidente de 1985 a 1987, fue la fuerza propulsora que llevó a la Panamericana al “siguiente nivel”. Enfatizando la importancia de la educación y el entrenamiento e introduciendo a los líderes más influyentes de la Oftalmología de las “Américas”, el Dr. Boyd guió a la Asociación Panamericana de Oftalmología a un nuevo nivel de importancia y prestigio dentro de la Oftalmología organizada. El sigue siendo un fuerte y leal entusiasta de nuestra Organización y nos acompañará en esta Reunión. Han sido dos años de mucho trabajo y satisfacción como su Presidente. Sin embargo, debo reconocer el extraordinario apoyo que he tenido del Comité Ejecutivo, de nuestra Junta Directiva, de nuestros numerosos comités y ciertamente de nuestro increíble personal. Teresa Bradshaw, nuestra Directora Ejecutiva ha estado al volante de nuestra organización por 24 años y Terri Grassi, nuestra Asistente de la Directora Ejecutiva, casi tanto igual, por 22 años. Citlali Gurrusquieta apoya a Teresa y Terri como su Asistente Administrativa. Hemos tenido la bendición de contar con estas talentosas y dedicadas mujeres que son parte integral de nuestra Asociación. La camaradería y amistad desarrollados mientras trabajamos juntos son eternos y serán atesoradas por todos nosotros. Finalmente, quisiera agradecer a mi esposa Chita por su gran apoyo y comprensión permitiéndome seguir mi “agenda” como Presidente de la Panamericana los últimos 2 años. Ha sido verdaderamente un honor y privilegio para mi haber tenido la oportunidad de servir a nuestros miembros y a nuestra Profesión como su Presidente. Le deseo a mi sucesor y gran amigo, el Dr. Cristian Luco de Santiago de Chile, muchos éxitos y logros profesionales durante los 2 próximos años como su nuevo Presidente. El pondrá un carisma especial y estilo en su rol de liderazgo en la Panamericana y estoy seguro se beneficiarán grandemente de su ejercicio como Presidente. Disfruten San Francisco y de nuestra celebración por el 70 aniversario durante la reunión Conjunta con la Academia! 6. Trabajo estrecho con la Academia Americana brindando la Red de Educación ONE en varios países de Latino América. PAN-AMERICA: 197 MENSAJE DEL EDITOR MESSAGE FROM THE EDITOR MENSAGEM DO PRESIDENTE Richard L. Abbott MD Presidente PAAO PAAO President President’s Message In welcoming you to San Francisco and the Joint meeting of the Pan-American Association of Ophthalmology with the American Academy of Ophthalmology, I realize that this meeting represents my last “official” duty as your President. Every president has had a few agenda items that have been dear to their heart. I would like to highlight a few of mine and re-cap some key accomplishments over the past two years: 1. Bringing enhanced value to PanAmerican membership by increasing our educational and research funding and expanding our scholarship programs in Latin America. 2. Broadening the committee and governing structure of the Pan-American Association by inviting more of our younger colleagues to assume leadership positions on committees and encouraging them to be part of the leadership group of our Association. 3. Improving communication to our members through several means: Expansion of Vision Pan-America, PAAO Express, and our own electronic newsletter, E-Vision. 4. Increasing our influence and professional relationships globally through participation as Board members of the ICO and organizing PAAO sponsored symposia at other Supranational Society Congresses. 5. Enhancing our education programs through improved scientific programs at our Latin American Congresses and Re- 198 : PAN-AMERICA gional Update courses by encouraging participation of speakers from outside the region and focusing program content on clinically relevant and up to date information. 6. Working closely with the AAO in bringing the ONE Education Network to several Latin American countries. 7. Increasing funding to our Foundation to provide more scholarships and visiting professor opportunities to our members, as well as provide funding for research and clinical outreach programs dealing with the prevention and management of ROP in Latin America. We now offer 16 travel scholarships to ARVO annually. It has been a busy and fulfilling two years as your President. However, I must acknowledge the outstanding support I have had from the Executive Committee, our “Big Board”, our many committees, and certainly from our incredible staff. Teresa Bradshaw, our Executive Director, has been at the helm of our organization for 24 years and Terri Grassi, our Assistant Executive Director, almost as long, for 22 years. Citlali Gurrusquieta supports Teresa and Terri as their administrative assistant. We have been blessed having these talented and dedicated women being an integral part of our Association. The camaraderie and friendships that develop while working together are life long and will be treasured by all of us. In looking back at the long and illustrious history of the Pan-American and its many great leaders over the past 70 years, I would be remiss without especially recognizing one individual, in particular. Dr. Benjamin F. Boyd, who served as Executive Director of the Organization for 25 years from 1960-1985, and then President from 1985-1987, was the driving force behind taking the Pan-American to the “next level”. By emphasizing the importance of education and training, and bringing in the most influential leaders in Ophthalmology from the “Americas”, Dr Boyd guided the Pan-American Association of Ophthalmology to a new plateau of importance and prestige within organized Ophthalmology. He remains a loyal and strong supporter of our Organization and will be joining us at this meeting. Finally, I would like to thank my wife, Chita, for her strong support and understanding in allowing me to pursue my PAAO President’s “agenda” over the past 2 years. It has truly been my honor and privilege to have had the opportunity to serve our members and our Profession as your President. I wish my successor and close friend, Dr Cristian Luco, from Santiago, Chile, much success and professional fulfillment during his 2 year term as your next President. He will bring a special charm and grace in his leadership role for the Pan-American and I know you will benefit greatly from his tenure as President. Enjoy San Francisco and our 70th anniversary celebration at the Joint meeting with the Academy! Septiembre 2009 MENSAJE DEL PRESIDENTE MESSAGE FROM THE PRESIDENT MENSAGEM DO PRESIDENTE Mensagem do Presidente Ao recebê-los em São Francisco e darlhes as boas vindas ao Encontro Conjunto da Associação Pan-Americana de Oftalmologia com a Academia Americana de Oftalmologia, percebo que este Encontro representa minha última função oficial como Presidente. Todo presidente possui alguns itens em sua pauta que lhes falam mais alto ao coração. Eu gostaria de destacar alguns dos meus e também recapitular algumas realizações dos últimos dois anos: 1. Valorização da Associação Pan-Americana de Oftalmologia (PAAO), através do aumento de recursos para pesquisa e educação e da expansão de nossos programas de bolsas na América Latina. 2. Ampliação do comitê e da estrutura de governança da PAAO, convidando jovens colegas para assumir posições de liderança e incentivando-os a participar do grupo de comando da nossa Associação. 3. Melhoria na comunicação com nossos membros através de diversos meios: expansão da Vision Pan-America, PAAO Express e nosso próprio boletim informativo eletrônico, o E-Vision. 4. Aumento da nossa influência e de relações profissionais ao redor do mundo através da participação como membros do Conselho da ICO e da organização de simpósios patrocinados pela PAAO em Congressos de Sociedades internacionais. 5. Melhoria dos nossos programas de educação, através da programação científica dos nossos Congressos Latino Ame- ricanos e dos cursos regionais de atualização, com o incentivo à participação nos mesmos de palestrantes de fora e focando o conteúdo da programação em informações atuais e clinicamente relevantes. 6. Trabalho em conjunto com a Academia Americana de Oftalmologia (AAO) para levar a Rede de Educação ONE (ONE Education Network) para diversos países da América Latina. 7. Aumento de recursos para a nossa Fundação a fim de oferecer aos nossos membros mais bolsas e oportunidades como Professores Visitantes, assim como fornecer recursos para pesquisa e programas clínicos que lidam com a prevenção e tratamento da retinopatia da prematuridade na América Latina. Atualmente, oferecemos, todo ano, 16 bolsas de auxílioviagem para a ARVO. Meus dois anos como Presidente têm sido atarefados e gratificantes. Devo, porém, mencionar o imenso suporte que tenho tido da Comissão Executiva, nosso “Grande Conselho”, nossas muitas Comissões e também dos nossos funcionários. Teresa Bradshaw, nossa Diretora Executiva, está na direção de nossa organização há 24 anos e Terri Grassi, nossa vice-Diretora Executiva, por quase o mesmo tempo, há 22 anos. Citlali Gurrusquieta dá suporte a Teresa e Terri como Assistente Administrativa. Nós temos sido abençoados por termos essas talentosas e dedicadas mulheres como parte integral da nossa Associação. A camaradagem e amizade que desenvolvemos enquanto trabalhamos juntos serão eternamente valorizadas e guardadas por todos nós. Ao analisar a longa e ilustre história da PAAO e de seus muitos grandes líderes nos últimos 70 anos, eu seria negligente se não mencionasse um indivíduo em especial. Dr Benjamin F Boyd, que foi Diretor Executivo da Associação por 25 anos, de 1960 a 1985, e depois Presidente, de 1985 a 1987, foi responsável por levar a PAAO a um nível acima. Ao enfatizar a importância da educação e do treinamento e ao trazer os mais influentes líderes na Oftalmologia das Américas, Dr Boyd guiou a PAAO para um novo plateau de importância e prestígio dentro da Oftalmologia. Ele permanece um forte e leal pilar da nossa Organização e estará presente neste Encontro. Finalmente, gostaria de agradecer a minha esposa, Chita, pelo seu constante suporte e compreensão ao permitir que eu cumprisse minha agenda como Presidente da PAAO nos últimos dois anos. Ter tido a oportunidade de servir a nossos membros e a nossa profissão como Presidente desta Associação tem realmente sido uma honra e privilégio. Desejo ao meu sucessor e amigo, Dr Cristian Luco, de Santiago, Chile, muito sucesso e realização profissional em seu mandato de dois anos como o próximo Presidente. Ele trará um charme especial em seu papel de líder na PAAOO e tenho certeza que vocês irão se beneficiar imensamente do seu mandato como Presidente. Aproveitem São Francisco e a comemoração do nosso 70° aniversário no Encontro Conjunto com a Academia! PAN-AMERICA : 199 REVIEW Operar o No Operar: La Cirugía de Catarata y su Efecto en la Retinopatía Diabética Lihteh Wu MD San José, Costa Rica, Tel: (506) 2256-2134 Email: [email protected] Corresponding Author: Lihteh Wu MD Instituto de Cirugía Ocular, Apdo 144-1225, Plaza Mayo English Abstract Currently diabetic eyes represent an important proportion of eyes that undergo cataract extraction. Previously, diabetic patients were told to delay cataract extraction as long as possible since cataract surgery was associated with a worse visual outcome. However, more recent studies have suggested that complications arising from modern small incision phacoemulsification with foldable intraocular lens implant are very few, in particular in eyes with no diabetic retinopathy or mild non proliferative diabetic retinopathy. These studies suggest that the progression in diabetic retinopathy seen following cataract extraction are the result of the natural history of the disease rather than an effect of the cataract surgery. The most important determinants of a progression in diabetic retinopathy are the pre-operative degree of severity of diabetic retinopathy and the presence or absence of diabetic macular edema. Therefore we recommend early phacoemulsification in patients with no diabetic retinopathy or mild-moderate non proliferative diabetic retinopathy. Eyes with diabetic macular edema, severe non proliferative diabetic retinopathy and proliferative diabetic retinopathy need to be treated prior to cataract extraction. Resumen Hoy en día, los pacientes diabéticos representan una importante proporción de los ojos que se someten diariamente a una extracción de catarata. Previamente se habia recomendado esperar lo máximo posible antes de una extracción de catarata ya que la cirugía de catarata estaba asociada a la progresión de la retinopatía diabética, en particular al edema macular diabético. Sin embargo, estudios más recientes han sugerido que con las técnicas modernas de facoemulsificación de incisión pequeña con implante plegable, las 200 : PAN-AMERICA complicaciones son mínimas, particularmente en ojos sin retinopatía diabética o retinopatía diabética no proliferativa leve. Sugieren que la progresión que se observa en ojos diabéticos sometidos a extracción de catarata son el resultado de la historia natural de la retinopatía diabética y no al efecto de la cirugía. Los determinantes de una progresión post-operatoria de la retinopatía diabética son el grado de retinopatía diabética pre-operatoria y la presencia o ausencia de edema macular diabético. Por lo tanto recomendamos una facoemulsificación precoz en estadíos iniciales de la retinopatía diabética. El edema macular diabético, la retinopatía diabética no proliferativa severa y retinopatía diabética proliferativa pre-operatorias deben de tratarse antes de considerar una extracción de catarata. Introducción En las últimas 2 décadas se han introducido nuevos fármacos para el tratamiento de la diabetes mellitus (DM). Por lo tanto, la espectativa de vida de los diabéticos ha ido aumentando. Hoy en día, los pacientes diabéticos representan una importante proporción de los ojos que se someten diariamente a una extracción de catarata. En pacientes diabéticos, la retinopatía diabética (RD) generalmente se presenta antes de que las cataratas sean visualmente importantes. La presencia de la DM es un factor de riesgo importante para el desarrollo de las cataratas. Se estima que la prevalencia de cataratas es de 2-4 veces mayor en pacientes diabéticos en comparación a pacientes no diabéticos. Las cataratas ocurren a una menor edad en pacientes diabéticos. El riesgo de desarrollar cataratas es de 15 a 20 veces mayor en pacientes diabéticos menores de 40 años comparados a pacientes menores de 40 años no diabéticos.1 Hay que tener en cuenta que las indicaciones quirúrgicas de la extracción de una catarata en un paciente diabético incluyen mejorar la función visual del paciente o permitir una visualización del segmento posterior para el control de la RD. ¿Progresion de la Retinopatía Diabética? Existe mucha controversia con respecto al efecto de la cirugía de catarata en la RD. Se ha reportado que la cirugía de catarata causa una progresión en la RD en hasta un 70% de los casos.2-4 Por ejemplo, Schatz y colegas en un estudio retrospectivo, reportaron que los ojos de pacientes diabéticos operados de catarata tenian un peor pronóstico visual y RD más severa que el ojo contralateral o un grupo de control de ojos diabéticos sin RD. Ningún paciente en este estudio obtuvo una agudeza visual ≥ 20/30 y el 50% obtuvo una agudeza visual ≤ 20/100. Sin embargo, no se mencionó la técnica operatoria ni la presencia de complicaciones operatorias.5 En otro estudio por Jaffe y Burton,4 8 pacientes tuvieron una progresión de su retinopatía diabética no proliferativa (RDNP) después de una extracción extracapsular de catarata. Un edema macular clínicamente significativo se desarrolló en todos los 8 pacientes. La agudeza visual final fue peor que la agudeza visual pre-opreatoria en 6 de los 8 pacientes. Ningún paciente obtuvo una agudeza visual ≥20/50.4 En contraste, publicaciones más recientes han reportado que la extracción de catarata no influye en la progresión de la RD. No se sabe a ciencia cierta las causas de dicha progresión, si estas realmente se dan o no, pero estas podrían incluir factores sistémicos (control glicémico,6, 7 edad8 y el uso de insulina7,9), el estadío preoperatorio de la RD,7, 10-12 la historia natural de la RD6, 13 y las técnicas quirúrgicas.14 Septiembre 2009 Factores Sistémicos Pre-operatorios Los niveles óptimos preoperatorios de glicemia para pacientes con DM que se van a someter a una extracción de catarata está por determinarse. Sin embargo, Suto y colaboradores15 recomiendan evitar una normalización rápida de la glicemia en pacientes con RDNP moderada o severa ya que el riesgo de progresión de la retinopatía o maculopatia puede aumentarse considerablemente. Al mismo tiempo recomiendan que no hay incoveniente en extraer una catarata en ojos sin RD o con RDNP leve, independientemente de los niveles preoperatorios de glicemia del paciente.15 Estadio Pre-Operatorio de la Retinopatia Diabética En pacientes diabéticos sin RD, los resultados visuales después de una extracción de catarata son generalmente buenos y similares a los resultados en una población no diabética.16-20 Somaiya y colaboradores10 reportaron que el factor más importante que afecta la agudeza visual post-operatoria en pacientes diabéticos es el grado de RD pre-operatoria. Los ojos con RDNP tenían 5 veces menos probabilidad y los ojos con RD proliferativa tenían 30 veces menos probabilidad de obtener una agudeza visual de ≥20/40 que los ojos sin RD. Por lo tanto sugieren que el momento más indicado para realizar una cirugía de catarata es cuando el paciente no haya desarrollado RD o tenga una RDNP leve. En otro estudio prospectivo, Krepler y colaboradores21 estudiaron los resultados a un año de 42 pacientes con RDNP leve o moderada sin edema macular que se sometieron a una facoemulsificación con implante de lente intraocular sin complicaciones. Ellos reportaron que la agudeza visual mejoró en un 85% de los pacientes, y esta fue ≥ 20/40 en un 71% de los ojos. La RD progresó en un 12% de los ojos operados comparado a un 10.8% de los ojos contralaterales no operados. Ningún paciente desarrolló una RDP en el ojo operado. El edema macular ocurrió en un 31% de los ojos operados en comparación al 13.5% de los ojos contralaterales no operados. Ellos concluyen que la cirugía moderna de facoemulsificación parece no influir en la progresión de la RD. La mayoria de los pacientes con RDNP alcanzan una mejoría visual. Sin embargo el pronóstico visual es más reservado en aquellos pacientes que desarrollan edema macular. Dowler y colaboradores22 estudiaron prospectivamente la historia natural del edema macular en 32 pacientes diabéticos que se sometieron a una facoemulsificación sin complicaciones. Al cabo de un año de seguimiento concluyeron que un edema macular pre-existente a la cirugía es poco probable que desaparezca espontáneamente. En cambio el edema que surge post-operatoriamente es muy probable que se resuelva, particularmente si la retinopatía pre-existente es leve. Si la opacidad del cristalino lo permite entonces se debe realizar una fotocoagulación macular por lo menos 3 meses previo a la cirugía de catarata y esperar a la resolución del edema macular antes de considerar la extracción del cristalino. El Early Treatment of Diabetic Retinopathy Study reportó que la cirugía de catarata no aumentó el riesgo de un edema macular en 270 ojos de 205 pacientes. Este grupo de pacientes fueron fotocoagulados agresivamente previo a la extracción de catarata. No se logró demostrar una diferencia significativa en la proporción de ojos con edema macular clinicamente significativo antes (29%) y después (31%) de la extracción de catarata.23 En ocasiones, el edema macular diabético no responde a la fotocoagulación macular y en otras ocasiones la opacidad del cristalino es tal que impide una fotocoagulación adecuada. De acuerdo al estudio de Dowler y colaboradores,22 estos son los ojos más propensos a tener una progresión en el edema macular. Aunque la fotocoagulación macular es el tratamiento de elección para el edema macular diabético, en años recientes se ha popularizado el uso de tratamientos farmacológicos alternos como la triamcinolona y el bevacizumab intravitreos. Lam y colegas24 reportaron un estudio piloto prospectivo de 17 ojos con edema macular clinicamente significativo y catarata. A estos pacientes se les realizó una facoemulsificación sin complicaciones y al término de la cirugía se les aplicó una inyección intravítrea de 4 mg de triamcinolona. Ellos encontraron que a los 6 meses de seguimiento casi que el 60% de los pacientes obtuvieron una mejoría de la agudeza visual mejor corregida de ≥ 2 líneas, la mejoría en agudeza visual promedio fue de 2.4 líneas y el grosor macular central se redujo en un 28%. El 23.5% de los pacientes desarrolló un aumento de la presión intraocular la cual se controló médicamente y no hubo necesidad de ninguna intervención quirúrgica. En otro estudio piloto, Habib et al 25 operaron de catarata a 15 pacientes con edema macular pre-existente cuya catarata no permitia un tratamiento previo con laser y a 3 pacientes con edema macular diabético persistente a pesar de una fotocoagulación macular previa. Al finalizar la facoemulsificación le inyectaron 4 mg de triamcinolona intravítrea. A las 2 semanas post-operatorias, el 83% de los ojos demostró la desaparición del edema macular. Edema Macular Post-Operatorio La mayoría de la pérdida visual que ocurre en ojos diabéticos después de una cirugía de catarata se atribuye al edema macular diabético. Y en estos casos, aún realizando una fotocoagulación macular, la agudeza visual no mejora.4 Hay que recordar que aún en ojos no diabéticos sometidos a una facoemulsificación sin complicaciones, la incidencia del edema macular cistoide o Síndrome de IrvineGass clínico se ha reportado entre un 0% a un 12%26-29 y la de un edema macular angiográfico entre un 9% a un 39%.26,29, 30 En ojos diabéticos la situación es un poco más compleja ya que hay que tomar en cuenta la posibilidad de que el edema sea un edema macular diabético o una combinación de ambos. En 1992, Pollack y colegas31 realizaron un estudio prospectivo y controlado, donde 22 ojos de 44 ojos desarrollaron edema macular en el post-operatorio. Once ojos tuvieron una resolución espontánea y en 5 se tuvo que recurrir a una fotocoagulación macular. Concluyen que no todos los ojos que desarrollan edema macular post-operatorio deben de tratarse con laser.31 Ese mismo año, Benson 32 recomienda que en pacientes diabéticos que desarrollan edema macular después de una cirugía de catarata se debe esperar unos 6 meses antes de considerar una fotocoagulación macular. Según Benson de esta manera se elimina el factor de Irvine-Gass.32 El problema reside en que si el paciente realmente sufre de un Síndrome de Irvine-Gass y PAN-AMERICA : 201 REVIEW este tarda más de 6 meses en resolverse, se le someterá innecesariamente a una fotocoagulación macular. Si en cambio, el paciente realmente sufre de un edema macular diabético, la fotocoagulación macular será retrasada innecesariamente por unos 6 meses. La diferenciación entre un Síndrome de Irvine-Gass y un edema macular diabético no es fácil. Generalmente se considera que el edema se resuelve si es secundario a Irvine-Gass. Si el edema progresa se atribuye a un edema macular diabético. Generalmente se asume que si el nervio óptico tiene hiperfluorescencia en una angiografía con fluoresceina, se trate de un Irvine-Gass. Dowler y colegas 22 reportaron una serie prospectiva de 32 ojos de pacientes diabéticos que se sometieron a una facoemulsificación con lente intraocular plegable sin complicaciones. Observaron que durante el post-operatorio, el 94% de los ojos demostraban hiperfluorescencia macular y el 100% demostraban hiperfluorescencia del nervio óptico.22 Al final del seguimiento reportaron que la hiperfluorescencia macular se resolvió completamente y espontáneamente en un 43% de los casos, en un 23% hubo resolución parcial y en un 33% no hubo resolución.22 Con respecto a la hiperfluorescencia del nervio óptico, en el 70% de los casos hubo una resolución completa y espontánea, mientras que en un 11% hubo resolución parcial y en un 19% no hubo resolución del todo.22 Por lo tanto, concluyeron que la hiperfluorescencia del nervio óptico en una angiografía con fluoresceina no es un dato confiable para distinguir entre un edema secundario a la progresión de la maculopatía diabética y el Irvine-Gass.22 Historia Natural Estudios más recientes indican que la facoemulsificación sin complicaciones no aumenta el riesgo de progresión de la RD. Estos estudios sugieren que la progresión de la RD que ocurre en un ojo posterior a una facoemulsificación, ocurre a consecuencia de la historia natural de la enfermedad. Squirrell y colegas6 reportaron un estudio de 50 pacientes con DM tipo 2. Todos los pacientes tenían una RD simétrica en ambos ojos. En un ojo se operó la catarata por medio de facoemulsificación sin complicaciones y el 202 : PAN-AMERICA Tabla de Recomendaciones Retinopatia Diabética (RD) Cristalino Recomendación Sin RD – RDNP moderada Opacidad leve a severa Facoemulsificación RDNP severa -RDP Visualización fondo de ojo adecuado Panfotocoagulación inmediata, esperar 4 meses y realizar facoemulsificación RDNP severa -RDP Visualización fondo de ojo no adecuado Inyección intravitrea de bevacizumab, facoemulsificación inmediata, panfotocoagulación inmediatamente después de la facoemulsificación Edema Macular Visualización Adecuada Laser macular y esperar resolución del edema macular por 6 meses y luego facoemulsificación Edema Macular Visualización No adecuada Inyección intravitrea de bevacizumab, facoemulsificación inmediata, Laser macular otro ojo sirvió de control. De esos 50 pacientes, 13 desarrollaron un edema macular post-operatorio. En 5 pacientes la progresión de la maculopatía ocurrió en ambos ojos, en 4 ocurrió únicamente en el ojo operado y en 2 pacientes ocurrió en el ojo no operado. Dos ojos no tenían edema macular preoperatorio y 11 habían sido tratados previamente con fotocoagulación macular por EMD. De los 11 ojos que habían sido tratado con laser macular pre-operatoriamente por EMD, en 2 ojos el edema macular cedió con tratamiento médico mientras que en 9 ojos se requirió de laser macular adicional. En este mismo estudio se observó que la RD progresó en 11 pacientes. De ellos, la progresión ocurrió en ambos ojos en 7 pacientes, en 3 pacientes únicamente en el ojo operado y en un paciente en el ojo no operado.6 Por lo tanto concluyen los autores que la progresión de la maculopatía al igual que la retinopatía ocurre como consecuencia de la historia natural de la enfermedad y no como consecuencia de la cirugía de catarata. Técnica Quirúrgica Dowler y colaboradores14 reportaron una serie prospectiva de 46 pacientes diabéticos con RD simétrica a los cuales se les operó ambos ojos de catarata. En un ojo se operó mediante la extracción extracapsular y en el otro por medio de la facoemulsificación. Reportaron que la agudeza visual post-operatoria mejoró más en pacientes sometidos a una facoemulsificación que a una extracción extracapsular, particularmente en ojos con RD pre-operatoria. Ellos especulan que este hallazgo se debe a un menor grado de inflamación causado por la facoemulsifi- cación en comparación a una extracción extracapsular.14 Lentes Intraoculares Elgohary y colegas33 en un estudio piloto compararon prospectivamente los lentes intraoculares de una sola pieza de silicón y los acrílicos hidrofóbicos en pacientes diabéticos. Los lentes intraoculares de una sola pieza de silicón exhibieron una mayor opacificación de la cápsula posterior en comparación a los lentes hidrofóbicos de acrílico. No se encontró diferencia alguna con respecto a la agudeza visual post-operatoría o la sensibilidad al contraste entre los 2 tipos de lentes. Con respecto a los lentes intraoculares recomendamos lentes con diámetro amplio para facilitar la visualización de la retina, y evitar los lentes de silicona ya que estos interfieren en los procedimientos vitreoretinales. Conclusiones En conclusión, hoy día con las técnicas modernas de facoemulsificación de incisión pequeña las complicaciones son pocas, aún en pacientes diabeticos. La mayoría de los estudios publicados con técnicas modernas de facoemulsificación sugieren que la cirugía de catarata moderna no influye en la progresión de la RD, particularmente en ojos sin RD o con RDNP. La gran mayoría de pacientes sin RD o con RDNP alcanzan una mejoría visual. Por lo tanto, favorecemos una facoemulsificación precoz en pacientes diabéticos. Los pacientes sin RD o RDNP sin edema macular con algún grado de opacidad del cristalino son los mejores candidatos para la extracción de catarata. Septiembre 2009 BIBLIOGRAFIA 1. Ederer F, Hiller R, Taylor HR. Senile lens changes and diabetes in two population studies. Am J Ophthalmol 1981;91(3):38195. 2. Aiello LM, Wand M, Liang G. Neovascular glaucoma and vitreous hemorrhage following cataract surgery in patients with diabetes mellitus. Ophthalmology 1983;90(7):814-20. 3. Pollack A, Dotan S, Oliver M. Course of diabetic retinopathy following cataract surgery. Br J Ophthalmol 1991;75(1):2-8. 4. Jaffe GJ, Burton TC. Progression of nonproliferative diabetic retinopathy following cataract extraction. Arch Ophthalmol 1988;106(6):745-9. 5. Schatz H, Atienza D, McDonald HR, Johnson RN. Severe diabetic retinopathy after cataract surgery. Am J Ophthalmol 1994;117(3):314-21. 6. Squirrell D, Bhola R, Bush J, et al. 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PAN-AMERICA : 203 REVIEW Tratamento das neoplasias de superfície ocular Roberta Ventura MD, Carol Karp MD Abstract Corneal and conjunctiva intraepithelial neoplasias (CIN) and squamous cell carcinoma (SCC) are the most common non-pigmented ocular surface tumors. The main clinical manifestations are: foreign body sensation, ocular irritation, and conjunctiva hyperemia. CIN and SCC can be diagnosed clinically and confirmed by histopathology. The treatment is historically done by surgery and cryotherapy. Over the last decade, medical treatment has become more common. Medical treatment can be done using Mitomycin-C (MMC), 5–fluorouracil or interferon alpha-2b. The patient can also use more the topical treatment as an adjuvant therapy. If a recurrence occurs a new cycle of the same agent or a different one can be used. All patients need to be followed even after complete cure. The possibility of recurrence is always present. Resumo Neoplasia intra-epitelial córneo-conjuntival (NIC) e carcinoma escamoso córneo-conjuntival (CEC) representam juntos as neoplasias mais comuns da superfície ocular. As principais manifestações clínicas são: sensação de corpo estranho, irritação ocular, hiperemia conjuntival. O diagnóstico de CEC/NIC pode ser clínico ou confirmado por exame anátomopatológico. O tratamento historicamente e realizado através de ressecção cirúrgica e crioterapia. Nas ultimas décadas a opção de tratamento tópica vem se tornando mais comum e disponível em diversas regiões. Este tratamento tópico pode ser realizado com mitomicina C, interferon alfa-2B, 5 fluoracil. Ou ainda podem ser utilizados mais de um agente no mesmo paciente, ou ser uma terapia coadjuvante no tratamento destas doenças. A recorrência após o uso de agentes tópicos é menor do que a dos casos cirúrgicos e pode ser tratada com novos ciclos do mesmo agente ou com uma droga diferente. A freqüência de acompanhamentos depende do tipo de 204 : PAN-AMERICA Corresponding Author: Carol Karp MD Bascom Palmer Eye Institute 900 NW 17th Street, Miami, FL 33136 USA lesão do pacientes, mas todos devem ser acompanhados mesmo apos a cura. Apesar de se tratar de um tumor com baixo potencial de malignidade, esta não pode ser descartada, além da possibilidade de aparecimento de recorrência ou tumores em outros locais. Neoplasia intra-epitelial córneo-conjuntival (NIC) e carcinoma escamoso córneo-conjuntival (CEC) representam juntos as neoplasias mais comuns da superfície ocular. São de crescimento lento e com baixo potencial de malignidade1. A etiologia dessas doenças é multifatorial e envolve idade, predominância em homens, pacientes com íris claras; exposição aos raios ultra-violetas, derivados do petróleo (gasolina e diesel), fumaça de cigarros; e infecção pelo papilomavirus humano (HPV) e pelo vírus da imunodeficiência adquirida HIV2. As manifestações clínicas podem ser representadas por sensação de corpo estranho, irritação ocular, hiperemia conjuntival e crescimento de lesão papilar gelatinosa ou leucodisplásica, que se apresenta preferencialmente na zona de exposição límbica, podendo ou não acometer a córnea2. Historicamente, o tratamento para NIC e CEC é a ressecção cirúrgica com crioterapia. A ressecção cirúrgica incompleta é um dos maiores fatores de risco para a recidiva da lesão. Entretanto, nas últimas décadas, diversos agentes quimioterápicos têm se mostrado eficazes no tratamento das lesões primárias e/ou recorrentes. Podem ser utilizados como terapia primária ou adjuvante. O tratamento cirúrgico representa uma rápida alternativa de cura para o paciente. Deve ser realizado com atenção especial a três regiões: conjuntiva, limbo e córnea. A lesão deve ser removida em sua totalidade com margem de segurança de 3 a 4 mm. O componente corneal deve ser removido sem invasão da camada de Bowman e com atenção especial ao limbo e as margens da lesão. As células tumorais permanecem na superfície, sendo então de grande importância que a Bowman não seja violada a fim de que seja evitada a penetração de células tumorais. Para facilitar a remoção da lesão, pode-se utilizar álcool absoluto por sessenta segundos, seguida de copiosa irrigação com solução balanceada. Dessa forma, ocorrerá a desvitalização do epitélio, facilitando seu debridamento e a remoção da lesão com um bisturi. O debridamento deve se estender até cerca de 1 ou 2 mm na córnea normal. O uso de rosa bengala durante o procedimento pode auxiliar na avaliação da presença de restos da lesão. Uma outra alternativa é realizar o procedimento sob midríase, uma vez que a retroiluminação pode auxiliar na avaliação corneal2. As lesões do limbo devem ser ressecadas com 3 a 4 mm de segurança na circunferência límbica. Nos casos de lesões extensas, nas quais esta remoção pode comprometer as células límbicas, margens de segurança menores podem ser utilizadas. A região límbica pode ser debridada com uma lâmina de bisturi e, após o debridamento, deve se realizar crioterapia na região. As margens do tecido removido devem ser avaliadas por estudo histopatológico com a finalidade de avaliar se há presença de células tumorais. Após retirar o tecido biopsiado, é muito importante colocá-lo sobre um papel filtro e deixá-lo secar por 30 a 60 segundos antes da fixação com formalina. O papel filtro deve estar devidamente marcado com caneta pelo cirurgião para que se saiba a orientação das margens e, em seguida, a auxiliar deve marcar com lápis as bordas do papel antes deste ser colocado em formalina. Isto se faz necessário uma vez que a formalina pode dissolver a tinta da caneta utilizada para marcação. As taxas de recorrência para tumores após a ressecção cirúrgica são de cerca de 53-70% quando as margens permanecem positivas e de 5-36% nos casos em que as margens cirúrgicas estão histologicamente livres de células Septiembre 2009 tumorais3. A excisão cirúrgica de tumores extensos comprometendo a região límbica e corneal pode causar danos irreparáveis às células límbicas, o que pode comprometer a superfície ocular e levar a conjuntivalização. Esses fatores fazem do tratamento cirúrgico uma opção restrita em alguns casos, além de apresentar taxas de recorrência desanimadoras. O tratamento tópico apresenta a vantagem de que toda a lesão e a superfície ocular estão em contato direto com o agente. É importante também lembrar que o tratamento tópico trata não apenas a lesão visível, mas também as microscópicas. Esta propriedade faz deste tratamento uma alternativa interessante, uma vez que mesmo com margens livres de células tumorais é possível que ocorra recorrência, o que pode ser evitado com o tratamento tópico. No tratamento cirúrgico, é possível ainda que células tumorais se desprendam da região causando o desenvolvimento de um novo tumor em outro local, sendo este fato evitado com o tratamento tópico. As alternativas para o tratamento tópico estão na figura 1. O colírio de interferon alfa-2B apresenta uma concentração de 1 milhão UI/ ml devendo ser instilado por quatro vezes ao dia2. O tratamento deve ser realizado até a resolução completa da lesão, o que pode demorar semanas até meses. A medicação deve ser mantida por trinta dias após a resolução completa da lesão a fim de também tratar lesões microscópicas, podendo ser suspensa após esse período. Nos casos de lesões recorrentes, o colírio deve ser mantido após a resolução completa da lesão por mais algumas semanas. Os efeitos colaterais desta terapia são mínimos, uma vez que quase não há absorção sistêmica da droga. Os pacientes podem apresentar desde leve desconforto até aparecimento de conjuntivite folicular. Os sinais e sintomas desaparecem ao final do tratamento com a interrupção da mediação. Os pacientes que fazem a opção por utilizar apenas o tratamento tópico devem ser advertidos que este tratamento pode durar três meses ou mais para que haja resolução completa da lesão. No caso de utilização de interferon alfa-2B, não há necessidade de oclusão dos pontos lacrimais com oclusores uma vez que estes não são afetados com o tratamento2,4-6. As injeções são de 0.5ml de 3 milhões de Figure 1: Alternativas para o tratamento tópico Agentes Tópicos Mitomicina C 0.02% 4x/día 0.04% QID 5- Fluorouracil Interferon Tópico 4x/día 1% 4x/dia 2b SC/IL* *SC – subconjuntival b j i l / IL – iintralesional l i l Entre os tratamentos quimioterápicos disponíveis, nosso tratamento de escolha é o interferon alfa-2B, que pode ser aplicado de forma tópica ou com injeções intra-lesionais e/ou perilesionais/subconjuntival. 1a 2a 1b 2b Figura 1: Figura 2: Fotografias em lâmpada de fenda de neoplasia intra-epitelial na região superior da conjuntiva, comparando o pré (1-a) e pós (1-b) tratamento com interferon alpha 2B (interferon drops 1x 106). Fotografia em lâmpada de fenda de neoplasia intra-epitelial, comparando o pré (2-a) e pos (2-b) tratamento com MMC. UI de IFN recombinante. As injeções são realizadas uma vez por semana, podendo chegar até a três vezes por semana. O tratamento deve ser mantido pelo tempo necessário até o desaparecimento completo da lesão. Efeitos colaterais das injeções de IFN são decorrentes da absorção sistêmi- ca da droga. As principais complicações associadas são: calafrios, febre, cefaléia, anorexia e mialgias (que podem durar até seis horas apos a aplicação), podendo se prescrever acetaminofeno se necessário. O tratamento com injeções representa uma boa opção nos pacientes em que a adesão PAN-AMERICA : 205 REVIEW ao tratamento tópico é considerada como um possível problema, sendo também uma opção mais rápida para a cura. A MMC pode ser utilizada em duas concentrações básicas: 0.02% (200 μg/ ml) ou 0.04% (400 μg/ml), por quatro vezes ao dia. O tratamento deve ser realizado por uma semana, podendo se estender por até 14 dias caso o paciente tolere os efeitos colaterais. Um intervalo de uma a três semanas entre os ciclos é recomendado. Não existe um número máximo de ciclos, desde que a lesão seja responsiva ao tratamento. O uso contínuo da MMC tópica por mais de 14 dias está associado a sintomas de irritação severa (incluindo dor, fotofobia, blefaroespasmo). Os efeitos colaterais mais comuns entretanto são hiperemia conjuntival e palpebral, erosões epiteliais focais. Os pontos lacrimais inferiores podem se ocluir durante o tratamento, além de ser uma medicação irritante para a mucosa nasal. Uma forma de se prevenir a oclusão do ponto lacrimal é a utilização de oclusores sintéticos de silicone, que podem ser colocados nos pontos lacrimais e devem permanecer por todo o período do tratamento. O colírio de MMC apresenta o inconveniente de ter que ser mantido refrigerado e descartado após 14 dias de uso2,7. O uso do 5-Flu tópico e preconizado na concentração de 1%, devendo ser utilizado por 4 vezes ao dia, durante quatro dias. Após o tratamento, o paciente deve permanecer por 30 dias sem medicação, e após esse período, pode-se repetir o ciclo. Não existem limites para o número de ciclos realizados, desde que o tratamento esteja sendo efetivo, devendo ser mantido até a resolução completa da lesão. As complicações e efeitos colaterais são similares aos da MMC, entretanto mais brandos. Efeitos como irritação ocular e defeito epitelial são descritos na literatura2. O 5-Fu tópico apresenta as vantagens de não necessitar de refrigeração e de ser mais barato do que a MMC9. No caso do tratamento tópico em que um agente foi testado e não houve resposta clínica, pode-se tentar um outro tratamento tópico com uma droga diferente da primeira7,8. A escolha do agente ideal deve levar em consideração os custos do tratamento e o estilo de vida do paciente. Por exemplo: pacientes que trabalham no campo ou em atividades externas podem 206 : PAN-AMERICA ter dificuldades com o uso da MMC, pois esta deve ficar refrigerada e seus efeitos colaterais incluem fotofobia. Deve-se conversar com o paciente sobre os efeitos colaterais e o provável tempo de tratamento para que o mesmo possa participar da decisão. Desta forma, podemos facilitar a adesão do paciente ao tratamento. Considerações finais O diagnóstico de CEC/NIC pode ser clínico ou confirmado por exame anátomo-patológico. Apesar de ser considerada uma lesão com baixo potencial de malignidade, atenção especial é necessária em relação ao seu tratamento. O tratamento de escolha deve levar em consideração o perfil do paciente e o tipo de lesão apresentada (lesão primária ou recorrente). Nos casos primários, o tratamento cirúrgico pode ser uma alternativa de cura rápida para o paciente. Entretanto, o tratamento tópico pode ser indicado em todas as lesões recorrentes e também pode ser utilizado como coadjuvante nos tratamentos cirúrgicos, sendo o mais indicado nos casos em que a excisão tumoral pode acometer as células límbicas. As alternativas para o tratamento tópico devem ser analisadas em conjunto com o paciente com ênfase na sua adesão. A recorrência após o uso de agentes tópicos é menor do que a dos casos cirúrgicos e pode ser tratada com novos ciclos do mesmo agente ou com uma droga diferente. O acompanhamento dos pacientes deve ser realizado a cada três meses no primeiro ano e após cada ano. Este acompanhamento se faz necessário porque, apesar de se tratar de um tumor com baixo potencial de malignidade, esta não pode ser descartada, além da possibilidade de aparecimento de recorrência ou tumores em outros locais. BIBLIOGRAFIA 1-Figueredo RS; Figueredo ES. Uso de mitomicina C em neoplasia intra-epitelilal córneo-conjuntival:modalidades de abordagem de casos. Arq Brás Oftalmol 2006: 69(3) 2-Koreishi AF, Karp CL. Ocular Surface Neoplasia. Focal Points American Academy of Ophthalmology: Clinical Modules for Ophthalmologists 1983-07. Vol XXV(1)113 3-Tabin G; Levin S; Snibson G; Loughnan M; Taylor H. 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Se revisan las características de los nevus coroideos considerando: definición, 2 Director, Department of Ophthalmic Oncology, Cole Eye Institute, Cleveland Clinic Foundation Corresponding Author: [email protected] epidemiología, patología, características clínicas, exámenes complementarios, tratamientos y pronóstico. Se resumen los puntos clave en cada unos de los tópicos con el objetivo de permitir la rápida revison para oftalmólogo general y en formación. Introduction Nevus (also spelt as ‘naevus’) is a Latin word meaning birthmark or mole and is a general term for a congenital mark on the skin. In ophthalmology, the term nevus refers to an abnormal, hamartomatous cluster of melanocytes. Uveal melanocytes are of neural crest origin and share embryologic origin with cutaneous melanocytes.1 Uveal nevi could arise in the iris, ciliary body, and choroid. A choroidal freckle is composed of an increased density of normal melanocytes, which do not disturb the normal architecture so that it is always flat, often with visible, normal choroidal vessels passing undisturbed through the lesion (Figure 1). In contrast, a choridal nevus is full thickness choroidal lesion. In addition to typical choroidal nevi, larger choroidal lesions have been variously categorized as suspicious nevi, intermediate lesions, indeterminate lesions, and even small melanomas.2 Epidemiology Figure1: Figure 2: Choroidal freckle. Note normal choroidal vessels passing undisturbed through the lesion. Pigmented choroidal nevus with surface drusen and chroic RPE changes. Several studies have reported prevalence of choroidal nevi ranging from 0.2% to 30%.3-13 The variations in the observed prevalence rate can be attributed to differences between studies in regards to design (autopsy based,5,6 clinic based,3-6, 9,11-13 population based7, 8, 10), patient selection (general ophthalmic patients,9 chemical workers,10 normal controls,12 random population samples8, 13), and methods of examination (histopathology,5 fundus photography,13 indirect ophthalmoscopy13). Pathology Figure 3: Figure 4: Partially amelanotic choroidal nevus with surface drusen. Totally amelanotic choroidal nevus with surface drusen. Choroidal nevi involve the full thickness of the choroid with sparing of the choriocapillaris.14 They are composed of bland looking nevus cells that are plumper than the normal uveal melanocytes.14 The nevus cells vary in pigmentation and their shape may be polyhedral, fusiform, dendritic, spindle, some being of the clear, balloon type.14 In the modified Callender’s classification of uveal melanoma, tumors composed entirely of spindle A cell are regarded as nevi.15 PAN-AMERICA : 207 REVIEW Clinical features A. Symptoms and signs Choroidal nevi are diagnosed on routine ophthalmoscopy. A macular nevus can cause visual loss from photoreceptor atrophy. Choroidal nevus appears as a slate gray to brown lesion with minimal thickness (Figure 2). The margins are usually ill defined. The nevus may be partially (Figure 3) or completely amelanotic (Figure 4). Subretinal fluid in association with nevus may induce symptoms of metamorphopsia or photopsia. B. Associated features It is important to evaluate associated features such as drusen and retinal pigment epithelial atrophy/proliferation (Figure 2), subretinal fluid (Figure 5), and orange pigment (Figure 5), as these are statistically significant predictive factors of growth 2 16-19 Pigment epithelial detachment and choroidal neovascularization are uncommon secondary effects of choroidal nevi, which do not indicate malignancy.20 In a large cohort of patients, the risk of growth can be estimated according to the presence or absence of associated clinical features. Nevertheless, in an individual patient the distinction between small choroidal melanoma and choroidal nevus is not absolute.19 This limitation exists because most of the risk factors predictive of growth, such as presence of orange pigment, and sub retinal fluid indicate secondary effects on adjacent tissues rather than the intrinsic composition of the lesion.21 Diagnostic studies fundus photography, fluorescein angiography and ultrasonography can document the size, appearance, and secondary effects of a choroidal nevus. The fluorescein angiographic17,19 and ultrasonographic features22 have been investigated as risk factor for growth, with mixed results. The role of fine needle aspiration biopsy remains controversial.23 Optical coherence tomography of a choroidal nevus is useful only for imaging the overlying retina for secondary changes.24 With larger melanocytic tumors (suspicious nevi or indeterminate lesions), indocyanine angiography may demonstrate an intrinsic vasculature, which would suggest malignancy.21, 25 Indocyanine green angiography is more suited for evaluation of the cho208 : PAN-AMERICA Figure 5: Choroidal nevus with sub retinal fluid and orange pigment. roidal vascular pattern than fluorescein angiography26 especially when used with confocal scanning laser ophthalmoscopy.21, 25 Preliminary studies suggest an association between complex microcirculatory patterns (parallel with cross linking, arcs with branching, loop and/or network) and tumor growth.21, 25 tinguishable from choridal nevus and choroidal melanoma on ophthalmoscopy, ultrasonography, and angiography.28 As discussed above, it may be clinically impossible to differentiate nevus from a small choroidal melanoma.9 Difrrential diagnosis Choroidal nevi are frequently monitored because of concerns of malignant transformation or because of difficulties in differentiating nevus from a small choroidal melanoma.9 The risk of malignant transformation of choroidal nevus must be low considering that choroidal nevi are frequent and choroidal melanomas are rare.8 Our analysis of the published data suggests a low annual rate (1in 8, 845) of malignant transformation of a choroidal nevus in the white population of the United States.29 Perhaps patients diagnosed with choroidal nevi (less than 6.0 mm base diameter and flat to minimal elevation) should only be documented initially and followed periodically as part preventive eye reactive retinal pigment epithelial hyperplasia develops after inflammation or trauma and is usually deeply pigmented, with discrete, irregular edges. Congenital hypertrophy of the retinal pigment epithelium (CHRPE) is dark brown or black, with sharply demarcated margins.27 CHRPE may have central or peripheral clear areas (lacunae) but drusen, orange pigment, subretinal fluid and RPE fibrosis are absent. There can be slow growth over several years.27 Also tumor thickness > 2mm and tumor margin touching or within 3mm of the optic disc. A choroidal melanocytoma can be indis- Treatment Septiembre 2009 care recommendations of the American academy of Ophthalmology.30 Associated subretinal fluid may be treated with surface and surrounding laser photocoagulation.31 Photodynamic therapy may be effective in rare cases when associated choroidal neovascularization is present.32 From clinical standpoint, frequent careful observations are recommended for a recently diagnosed small choroidal melanocytic lesion so as to document growth, because of difficulties in differentiating a small choroidal melanoma from a choroidal nevus.9, 33 The tumor growth over a short period is considered as a hall mark of choroidal melanoma although nevi can also demonstrate slow growth over a period of several years.33-35 Prognosis There is clinical and histopathological evidence that suggests that choroidal melanoma arise from preexisting choroidal nevi.14, 36, 37 In addition, it is possible for choroidal melanoma to arise de novo.38 With a few exceptions,8, 13, 39 published data regarding choridal nevi and their malignant transformation can be grouped into two categories. One set comprising of prevalence rates where there is absence of follow up data10-13 and therefore, rates of malignant transformation in the study population can not be determined and the second set of studies, wherein rates of malignant transformations of choroidal nevi are reported in a selected clinic based population without corresponding population based prevalence rates.9, 16-18, 40 With the assumption that all melanoma arise from preexisting nevi, the estimated risk of malignant transformation has been recently reported to be about 1 in 8,845 for the United States white population.29 The risk was much lower (1 in 269,565) for the younger age group (15-19 years) and higher (1 in 3,664) for older age group (80-84 years). Since choroidal nevi prevalence data for Hispanic populations is not known, the specific risk of malignant transformation of nevi in Hispanics can not be calculated. As the incidence of choroidal melanoma is lower in Hispanic population,41 a lower risk of malignant transformation of a choroidal nevus in Hispanics is expected. REFERENCES 1. Johnston MC. A radioautographic study of the migration and fate of cranial neural crest cells in the chick embryo. Anat Rec 1966;156:143-155. 2. Singh AD, Mokashi AA, Bena JF, et al. Small choroidal melanocytic lesions: Features predictive of growth. Ophthalmology 2006;113:1032-1039. 3. Albers EC. Benign melanomas of the choroid and their malignant transformation. Am J Ophthalmol 1940;23:779-783. 4. Wilder HC. Intraocular tumors in soldiers: World War II. Mil Surg 1946;99:459-490. 5. Hale PN, Allen RA, Straatsma BR. Benign melanomas (nevi) of the choroid and ciliary body. Arch Ophthalmol 1965;74:532-538. 6. Naumann G. [Pigmented nevi of the choroid and ciliary bodies. A clinical and histopathological study]. Adv Ophthalmol 1970;23:187-272. 7. Smith RE, Ganley JP. Ophthalmic survey of a community. 1. 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Alfonso MD Bascom Palmer Eye Institute, Miami, FL Abstract Objective: To present the outcomes of 4 patients with Acanthamoeba keratitis (AK) who underwent combined penetrating keratoplasty and cataract extraction (PKP/CE) after medical treatment of their infection. Method: Retrospective case series. 4 patients with AK underwent PKP/CE after medical control of infection was achieved. Results: The mean time from control of infection to surgery was 4 months. Three patients maintained a clear graft after a mean follow up of one year. One patient with bilateral sclerokeratitis who underwent bilateral PKP had recurrent infection in the right eye and required a repeat transplant 7 months after her initial transplant for visual rehabilitation. Conclusion: PK with lens extraction is a good approach for visual rehabilitation in patients with a history of AK after complete control of infection with medical treatment. Resumen Objetivo: Presentar 4 casos de queratitis por acanthamoeba (QA) y su manejo médico-quirúrgico en el proceso de rehabilitación visual. Método: Se realizó un estudio retrospectivo. Se incluyeron 4 pacientes con diagnóstico de QA que fueron sometidos a queratoplastia penetrante con extracción del cristalino (QP/EC) luego de obtenida la estabilidad clínica con un tratamiento médico agresivo. Resultados: El tiempo medio en lograr estabilidad clínica fue de 4 meses. 3 casos presentaron injerto corneal transparente con más de una año de seguimiento. 1 paciente con escleroqueratitis bilateral, sometido a QP bilateral, presentó un cuadro de recurrencia amebiana. Dicho paciente requirió una segunda QP en ojo derecho 210 : PAN-AMERICA Corresponding Author: Eduardo C. Alfonso MD Bascom Palmer Eye Institute, Miami, FL 33136 Tel: (305) 326-6366 Fax 305-326-6337 The authors have no proprietary or financial interest. luego de 7 meses de la primera para su correcta rehabilitación visual. Conclusión: La QP/EC es una muy buena opción para la rehabilitación visual en pacientes con antecedentes de QA posterior al control completo de la infección mediante tratamiento médico. Introducción La queratitis por acanthamoeba (QA) es una infección corneal poco frecuente, pero potencialmente devastadora asociada principalmente a usuarios de lentes de contacto con una incidencia aproximada en los Estados Unidos de 1/500.000 1-5. Desafortunadamente su incidencia se ha incrementado en los últimos años. En sus comienzos, el tratamiento quirúrgico era utilizado con objetivos terapéuticos pero con malos resultados funcionales 6,7,8. Actualmente, el tratamiento quirúrgico es preferible demorarlo hasta que se hayan controlado y/o eliminado tanto la infección como la inflamación generada por el parásito, siendo su principal objetivo la rehabilitación visual9-12. A continuación presentamos 4 casos de pacientes con QA que fueron sometidos a queratoplastia penetrante (QP) y extracción de cataratas (EC) con colocación de lente intraocular (LIO) en uno o dos tiempos quirúrgicos. Figura 1A: OI. Catarata corticonuclear de 4 cruces, QP con boton corneal transparente. Figura 2A: OI. Queratitis estromal en anillo. Figura 2B: Caso 1 Paciente de sexo masculino de 50 años de edad. Usuario de lentes de contacto blandas (ULCB) desde los 25 años. Consulta a en enero 2006 para rehabilitación visual ojo izquierdo (OI). Antecedente de QP por cicatriz corneal secundaria a QA en junio 2005 manejado en otro centro oftalmológico. Medicación al momento de la consulta: prednisolona 1%, ciclosporina 0.05%, clorhexidina 0.02% y timolol 0.5% dos veces al día. Al examen, presentaba una agudeza visual (AV) de 20/200, catarata corticonuclear de 4 cruces, pre- OI. Defecto epitelial central con infiltración profunda, neovascularización estromal periférica 360°. Figura 2C: OI: QP/ EC con botón corneal transparente. Septiembre 2009 sión intraocular (PIO) de 22 mmHg, QP con cornea transparente. (Figura 1A). Se suspendió el tratamiento antiamebiano y a los 15 días se procedió al manejo de astigamstimo mediante remoción de suturas guiado por topografía. Una vez removidas las suturas adecuadas se obtienen queratometrías más estables para el cálculo preciso del poder del LIO. Se realiza EC en septiembre 2006 mediante facofragmentación con utilización de azul tripano, extracción de membrana pupilar y colocación de LIO (Alcon MA50 plegable). La AV postquirúrgica obtenida fue 20/30 mejor corregida, sin opacidad capsular. No presentando el paciente signos de recidiva o rechazo a octubre 2008. Caso 2 Paciente de sexo femenino de 42 años de edad. ULCB desde los 20 años, refiere haber dormido con las lentes de contacto la semana previa al inicio de los síntomas. En noviembre 2004 consulta a nuestro servicio en tratamiento por supuesta queratitis herpética en ojo izquierdo (OI) de un mes de evolución. (Figura 2A). Se realiza diagnóstico de QA mediante laboratorio (examen directo con Blanco calcoflúor y cultivo en agar no nutritivo) y se instaura tratamiento (clorhexidina 0.02% y propamidina 0.1% cada una hora). La AV OI al momento de la consulta era de 20/400 que no mejoraba con corrección. A los 3 meses de tratamiento, la paciente presentaba infiltrado central denso con neovascularización estromal periférica 360°, con defecto epitelial central de probable origen tóxico y una PIO de 30 mmHg. (Figura 2B). Los cultivos y la microscopia confocal fueron negativos. Se inició la reducción de la terapia antiamebiana. Luego de una semana posterior a la sus- pensión del mismo y libres de signos de reactivación, se agregó prednisolona 1% tópica 4 veces/día con dosis decrecientes quincenales. Luego de 4 meses de estabilidad clínica se realizo QP. El postoperatorio fue manejado con antinflamatirios únicamente. (prednisolona 1% 4 veces/día en dosis decrecientes quincenales). La AV postquirúrgica obtenida fue de 20/300. En mayo 2007 se realizó EC y colocación de LIO con la misma técnica del caso 1. La AV postquirúrgica mejor corregida fue de 20/25, sin signos de recidiva o rechazo a octubre 2008. (Figura 2C) Figura 3A: OD. Leucoma central, neovascularización corneal 360° asociada a catarata corticonuclear 3 cruces. Caso3 Paciente de sexo masculino de 56 años de edad, ULCB desde los 18 años que consultó en febrero 2006 por dolor OD de una semana de evolución. Refirió haber utilizado las mismas ininterrumpidamente las últimas 48 horas previas al inicio de los síntomas. Al examen presentaba una AV de 20/200 que no mejoraba con corrección. La biomicroscopía demostró úlcera central infiltrada e hipopion de 0.4 mm asociado a edema epitelial periférico. A las 72 horas se realiza diagnóstico de QA mediante laboratorio (examen directo con CFW y cultivo en agar no nutritivo) y se instaura tratamiento combinado con propamidina, polihexametilbiguanida (PHMB) 0.02% y moxifloxacina cada una hora. La infección fue controlada al cabo de 2 meses pero aun presentaba un importante componente inflamatorio por lo que se decido agregar prednisolona 1% tópica. A los 10 meses de evolución el paciente presentaba una cicatriz corneal central, neovascularización corneal 360° asociada a catarata corticonuclear 3 cruces, con una AV 20/400 en OI. (Fig 3A). Los cultivos y la microscopia confoal eran negativos, momento en el que Figura 3B: OD. QP/EC con botón corneal transparente. se decide la suspensión de antiamebianos y realización de QP obteniendo una AV de 20/100 mejor corregida. El postoperatorio fue manejado sólo con antinflamatorios igual que el caso 2. (Diciembre 2006). Se realiza en enero 2008 EC y colocación de LIO (Alcon MA50 plegable). En octubre 2008 la AV postquirúrgica mejor corregida fue de 20/30 sin signos de recidiva ni de rechazo. (Figura 3B). Caso 4 Paciente femenina de 60 años de edad, ULCB desde los 20 años, concurre a nuestro servicio por sensación de cuerpo extraño y fotofobia OD en mayo 2006. Al examen presenta: AV de 20/40 ambos ojos Figura 4A: Figura 4B: Figura 4C: OD. Queratitis profunda en anillo incompleto asociado a reacción inflamatoria. OI. Escleroqueratitis. OD. Microscopía confocal. Estructuras quísticas en estroma corneal profundo. PAN-AMERICA : 211 CLINICAL SCIENCES con su corrección. A la biomicroscopia presenta lesión corneal arboriforme fluoreceino positiva. Sin reacción inflamatoria. Se inicia tratamiento para queratitis herpética con aciclovir vía oral. A los quince días de iniciado el tratamiento la paciente presentó una importante reacción inflamatoria en cámara anterior por lo que se agrega prednisolona 1% tópica. A los 20 días de iniciado el cuadro, se obtienen los resultados definitivos de laboratorio positivos para acanthamoeba. (Figura 4A). Se inicia tratamiento con clorhexidina 0.02% y PHMB 0.02% cada 1 hora y moxifloxacina cada 6 horas por 2 meses con aparente resolución clínica. Los cultivos realizados 3 meses posteriores al evento fueron negativos, momento en el que se disminuye la dosis de antiamebianos para su posterior suspensión. A los 15 días, la paciente presentó un cuadro de queratitis epitelial OD y una escleroqueratitis en OI. (Figura 4B). Se realizó microscopia confocal (Figura 4C), ecografía modo b y biopsia laminar de cornea OD junto con tratamiento para acanthamoeba. La biopsia informó quistes y trofozoitos de acanthamoeba asociada a reacción inflamatoria igual que la microscopia confocal. La ecografía modo b informó opacidades vitreas con formación de membranas mayor OI, probable engrosamiento coroideo asociado a leve irregularidad macular OI. Debido a la mala evolución con escleroqueratitis bilateral y aumento del adelgazamiento corneal se inicia terapia inmunomoduladora sistémica con prednisolona 40 mg/día y ciclofosfamida 50 mg/día asociada al tratamiento antiamebiano en curso, con el objetivo de disminuir la respuesta inflamatoria. Luego de 7 meses de tratamiento y estabilización Caso Ojo Figura 4D: Figura 4E: OI. QP¬/EC con botón corneal transparente. OD. Queratitis estromal profunda, neovascularización periférica. Figura 4F: Figura 4G: OD: Recidiva amebiana 7 meses postQP. OD: QP/EC con botón corneal Transparente. clínica se realizó triple procedimiento (TP) en OI (QP, EC y LIO) asociado a una terapia antinflamatoria postoperatoria (noviembre 2007). (Figura 4D). La AV OI prequirúrgica era de movimiento de manos y postquirúrgica de 20/40 mejor corregida. Sin signos de recidiva ni de rechazo. En Febrero 2008 se procede a realizar TP OD. La AV prequirurgica era de proyección luminosa y postquirúrgica 20/50 a los 20 días del postoperatorio. (Figura 4E). La paciente presentó cuadro de recidiva a los 7 me- Tratamiento Médico ses post TP en OD, donde se procedió a realizar una segunda QP posterior a la estabilización clínica con AV 20/40. (Figura 4F-G). (Tabla 1). Discusión La acanthamoeba es un protozoo de vida libre frecuentemente encontrado en el agua (piscinas, agua corriente o de tanque, cañerías domésticas e incluso en soluciones para lentes de contacto13. Dicho parásito tiene una forma infectante activa Tiempo de Tratamiento Médico Tratamiento Quirúrgico / AV obtenida QP EC TP 1 OI Clorhexidina 0.02% 7 meses 20/200 20/30 2 OI Clorhexidina 0.02% + Propamidina 0.1% 7 meses 20/300 20/25 3 OD PHMB 0.02% 10 meses 20/100 20/30 4 OI PHMB 0.02% + Clorhexidina 0.02% 7 meses 20/40 4 OD PHMB 0.02% + Clorhexidina 0.02% 10 meses 20/50* Tabla 1: Tratamientos y Agudeza Visual obtenida AV: Agudeza Visual, QP: queratoplastía penetrante, EC: extracción de cataratas.TP: Triple procedimiento (QP, EC y colocación de lente intraocular). PHNMB: polihexametilbiguanida. *OD. Presentó cuadro de recidiva los 7 meses que fue sometido a 2° QP con AV final de 20/40. 212 : PAN-AMERICA Septiembre 2009 (trofozoito) y una forma de resistencia y diseminación (quiste) responsable de la cronicidad y recurrencia de los cuadros infecciosos e inflamatorios. En la mayoría de los países, la QA suele ser un cuadro unilateral de dolor desproporcionado, asociado a usuarios de lentes de contacto. La mala conducta higiénica en el manejo de las lentes de contacto y de sus estuches, es una característica muy frecuente. A diferencia de lo que ocurre en India, donde el principal factor de riesgo es el trauma.14 La afección bilateral es rara, con una incidencia aproximada entre 2% y el 6% según la población.15-17 En la actualidad, el manejo de la QA sigue siendo un desafío. El diagnóstico y tratamiento precoz es esencial para el pronóstico visual9,13. El retraso en el diagnóstico de certeza suele ser frecuente, con un promedio de 43 días5,6. Al inicio del proceso, la apariencia clínica es similar a los cuadros de queratitis herpéticas y/o adenovirosis, con quienes debe hacerse diagnóstico diferencial. La mayoría de los casos al diagnós- tico, ya han recibido algún tipo de corticoterapia. Cuando el cuadro clínico no es tratado tempranamente, la ameba invade progresivamente la estructura corneal hasta el estroma profundo generando gran respuesta inflamatoria con liberación de metaloproteasas y menor acción de la terapia farmacológica 16,18. El estudio microbiológico de estos casos es fundamental para poder iniciar el tratamiento adecuado. El mismo debe incluir examen directo (Giemsa y CFW) y cultivo en agar no-nutritivo para la recuperación del parásito. Es muy importante enviar al laboratorio junto con las muestras corneales, las lentes de contacto y la caja de guardado de las mimas. Dentro de los exámenes de diagnóstico, la microscopía confocal es de gran ayuda para establecer el diagnóstico precoz. El tratamiento médico de esta entidad incluye una combinación de agentes antiamebianos como neomicina, antisépticos catiónicos (polihexametilbiguanida 0.02%o PHMB, clorhexidina 0.02%), diamidas aromáticas (hexamidina, propami- En la mayoría de los casos, la Queratoplastía Penetrante se difiere hasta que se haya logrado el control de la infección activa con tratamiento antiamebiano. Manejo Preoperatorio Las Queratoplastías en caliente se reservan, para pacientes con infección activa, que progresan involucrando limbo a pesar del tratamiento médico. Medicación Preoperatoria: Si se considera infección inactiva, no se requiere medicación especial en el preoperatorio. De lo contrario, no modificar el tratamiento antiamebiano. Técnica: 16 puntos simples con nylon 10.0. Manejo Quirúrgico Manejo Postoperatorio El botón corneal debe dividirse en dos mitades. Una debe colocarse en formol para estudio anatomopatológico y la otra debe sembrarse en medios de cultivo para estudio microbiológico. Para lograr una rehabilitación visual óptima, la mayoría de los casos requieren extracción de cataratas con colocación de lente intraocular. El procedimiento puede realizarse junto con la queratoplastía penetrante o en diferido. Medicación postoperatoria: La corticoterapia tópica puede utilizarse en pacientes con historia de queratitis por acanthamoeba pero con precaución. Requiere un seguimiento estricto, cada 72 horas la primera semana y luego semanalmente durante los primeros meses postoperatorios para descartar la aparición de nuevos infiltrados. Si se sospecha una recurrencia de la infección, deben tomarse nuevas muestras para cultivo microbiológico y reinstaurar inmediatamente el tratamiento antiamebiano. Ciclosporina tópica, puede utilizarse como alternativa a la corticoterapia en pacientes con alto riesgo de recurrencia (defecto epitelial persistente asociado a áreas extensas de infiltrado previo a la queratoplastía). Remoción de suturas: No hay consideraciones especiales si el postoperatorio progresa sin complicaciones. Table 2: Manejo Quirúrgico de las Queratitis por Acanthamoeba dina) e imidazoles sistémicos (itraconazol, fluonazol, miconazol). Aunque hay estudios que demuestran que la monoterapia es efectiva19; en nuestra experiencia nos inclinamos por una agresiva terapia combinada asociada a debridamiento mecánico. Generalmente iniciamos el tratamiento con PHMB 0.02% o clorhexidina 0.02% asociado a propamidina 0.1% cada 1 hora la primera semana, cada 2 horas la segunda y tercer semana con descenso progresivo según evolución clínica hasta una dosis de 4 veces al día, que será utilizada por al menos 3-4 meses. La terapia combinada nos permite un tratamiento más agresivo inicialmente para poder reducir la dosis tan pronto como clínicamente sea posible teniendo en cuenta la gran toxicidad de los antiamebianos. No permitimos que sane el epitelio corneal sobre el infiltrado durante el tiempo que la infección permanezca activa. Cada 2 o 3 semanas debridamos el epitelio y el estroma corneal con el propósito de eliminar el tejido infectado, aumentar la penetración de anti-amebianos y obtener cultivos para comprobar el estado de actividad del proceso. Se incluye también nuevas microscopias confocales durante el tratamiento para poder tener una idea más clara de actividad del proceso. Una vez que tenemos evidencia de que la infección fue eliminada, se suspenden los anti-amebianos con controles estrictos: cada 72 horas la primera semana y luego semanalmente, con el objetivo de cerciorarnos que no haya recidivas. En este punto, iniciamos corticoterapia tópica para disminuir la inflamación y la cicatrización residual. En muchos de los casos la reducción es tan significativa que el paciente logra una buena agudeza visual casi siempre asociada al uso de lentes de contacto rígidos gas permeable. Si tenemos una cicatriz residual en estroma anterior, realizamos una tomografía de coherencia óptica corneal para programar una queratoplastía lamelar. Si el proceso secuelar es profundo, se programará una queratoplastia penetrante (Tabla 2). Actualmente, el principal objetivo del tratamiento quirúrgico es óptico20. La QP es un arma fundamental para la rehabilitación visual. Sin embargo, existen factores críticos previos para el éxito del procedimiento: 1) control de la infección activa, 2) manejo de la respuesta inflamatoria y 3) tratamiento de las complicaciones secundarias, principalmente el manejo de PAN-AMERICA : 213 CLINICAL SCIENCES la presión intraocular. En los casos de escleroqueratitis (caso4) es necesario sumar a la terapéutica, la utilización de drogas inmunomoduladoras sistémicas para obtener los resultados deseados 21. La tasa de recurrencias post QP reportada es del 30-50% 22, 23 dependiendo de la inactividad de cuadro. En nuestra experiencia recomendamos, tratamiento tópico agresivo con antiamebianos y estabilidad clínica de al menos 4 meses previos al procedimiento quirúrgico. No hemos tenido recurrencias de la infección post QP en los casos unilaterales. Reportamos 1 caso de recurrencia en el segundo ojo de una escleroqueratitis bilateral, cuyo cuadro fue resuelto con una segunda QP. Dentro de las complicaciones, las cataratas tienen una incidencia entre 20 y 40% de los casos, secundarias a la reacción inflamatoria y no a la acción directa de la ameba 7,20,22. Su extracción es primordial para la recuperación visual. No han sido publicados hasta el momento casos de endoftalmitis, ni por invasión directa ni por movilización quirúrgica (QP o TP). Por lo tanto, dependiendo del caso y de la habilidad del cirujano, esta opción seria una excelente herramienta terapéutica con acortamiento de los tiempos de rehabilitación visual. En nuestros 4 casos, todos los cultivos del material cristaliniano fueron negativos para acanthamoeba. El seguimiento de los pacientes post QP con EC y colocación de LIO en uno o dos tiempos es principalmente clínico, considerando fundamental una terapia antinflamatoria postoperatoria. En conclusión, QP con EC en uno o dos tiempos para la rehabilitación visual muestra excelentes resultados. Consideramos primordial para el éxito funcional del procedimiento: 1) un agresivo tratamiento antiamebiano, 2) control de la inflamación y de la presión intraocular y 3) estabilidad clínica de al menos 4 meses previos al procedimiento quirúrgico. 214 : PAN-AMERICA REFERENCIAS 1. Thebpatiphat N, Hammersmith KM, Rocha FN, Rapuano CJ, Ayres BD, Laibson PR, Eagle RC Jr, Cohen EJ. Acanthamoeba keratitis: a parasite on the rise. Cornea. 2007 Jul;26 (6):701-6 2. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Acanthamoeba keratitis multiple states, 2005-2007. 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Marzo 2009 Septiembre Periocular Basal Cell Carcinoma: ClinicalHistopathological Correlation in 323 patients Gustavo A Novais1,2, Maria E Orellana1, Dina Abdulmmanan1, Bruno F Fernandes1, Helena P Solari3, Bryan Arthurs1, Miguel N Burnier Jr1,2. 1. Department of Ophthalmology and Pathology. The McGill University Health Center & Henry C. Witelson Ocular Pathology Laboratory. Montreal, Canada. 2. Departamento de Oftalmologia. Universidade Federal de São Paulo – UNIFESP/EPM. São Paulo, Brasil 3. Departamento de Oftalmologia. Universidade Federal Fluminense- UFF, Rio de Janeiro, Brasil Resumo Objetivo: Reportar diferentes subtipos histopatológicos de carcinoma basocelular (CBC) acometendo a região periocular correlacionando-os com suas localizações e idades. Materiais/Métodos: Análise retrospectiva foi realizada a partir das lesões palpebrais obtidas do Henry C. Witelson Ophthalmic Pathology Registry, Canada, em um período de 15 anos. Os espécimes estudados foram classificados de acordo com o subtipo histopatológico em nodular, nodular com diferenciação escamosa, nodular com diferenciação sebácea e esclerosante ou morfeaforme. A determinação da localização em pálpebra inferior, pálpebra superior, canto medial e canto lateral foi realizada, correlacionando a idade média com cada subtipo histopatológico. A análise estatística foi realizada utilizando o teste t não-pareado. Resultados: Foram analisadas 4.313 lesões palpebrais em um período de 15 anos. O CBC da região periocular foi encontrado em 323 (7,48%) das lesões estudadas. Dos 323 casos, 282 (87.30%) eram do subtipo nodular, 15 (4.64%) nodular com diferenciação escamosa, 3 (0.92%) nodular com diferenciação sebácea e 23 (7.12%) esclerosante. A pálpebra inferior foi o local mais frequentemente acometido em 236 (73.06%) dos casos, seguido pela pálpebra superior em 44 (13.75%), canto medial em 32 (9.9%) e canto lateral em 2 (0.61%) dos casos. Cinco (1,54%) casos tiveram localização incerta e 4 (1,23%) foram casos de exenteração. Avaliando cada subtipo histopatológico os resultados foram: Nos casos de CBC nodular, 207 (73.4%) foram localizados na pálpebra inferior, 37 (13.12%) na pálpebra superior, 28 (9.92%) no canto medial e 2 (0.7%) no canto lateral. Nos Correspondencias: Gustavo Amorim Novais 3775 University Street, room 216, Montreal, Quebec - Canada H3A-2B4 Tel: 1 (514) 398-7192 ext. 00384 / Fax: 1 (514) 398-5728 Email: [email protected] casos de CBC nodular com diferenciação escamosa, 9 (60%) foram localizados na pálpebra inferior, 5 (33.33%) na pálpebra superior, 1 (6.66%) no canto medial e nenhuma lesão foi encontrada no canto lateral. Nos casos de CBC nodular com diferenciação sebácea, 2 (66.66%) foram localizados na pálpebra inferior e 1 (33.33%) no canto medial. Nos casos de CBC esclerosante, 18 (78.26%) foram localizados na pálpebra inferior, 2 (8.69%) na pálpebra superior e canto medial e nenhum caso foi encontrada no canto lateral. Comparando a idade média de cada subtipo histopatológico, os pacientes apresentando CBC nodular com diferenciação escamosa foram os mais jovens (62.53 anos +/- 16.8 anos), seguidos pelo grupo com CBC nodular (65.28 anos +/- 15.9 anos), CBC nodular com diferenciação sebácea (67 anos +/13.14 anos), e com o tipo esclerosante apresentando idade média mais elevada (75.65 anos +/- 11.72 anos). Foi observada diferença estatisticamente significativa comparando as idades médias entre os pacientes com CBC esclerosante e nodular (p = 0.0018) e entre CBC esclerosante e nodular com diferenciação escamosa (p= 0.0092). Conclusão: No presente estudo realizado em centro único, a incidência e localização anatômica dos diferentes subtipos histopatológicos de carcinoma basocelular foi claramente identificada. Os dados encontrados são importantes na avaliação de pacientes com lesões perioculares suspeitas. O CBC nodular foi o subtipo histopatológico mais encontrado e sua localização preferencial foi a pálpebra inferior, seguida pela pálpebra superior. A idade mais elevada foi associada com o subtipo esclerosante, indicando doença mais agressiva com pior prognóstico. Por conseguinte, todas as lesões suspeitas devem ser excisadas e análise histopatológica cuidadosa realizada para caracterização do subtipo histopatológico. Abstract Objective: To report different histopathological types of basal cell carcinoma (BCC) involving the periocular region correlating with location and age. Methods: A retrospective analysis was performed on eyelid specimens obtained from the Henry C. Witelson Ophthalmic Pathology Registry, Canada over a 15year period. The lesions were classified according the histopathological subtypes in nodular, nodular with sebaceous differentiation, nodular with squamous (Basosquamous) differentiation and sclerosing or morphea type. The mean age was evaluated for each subtype and correlation with location was made, whereas the lesions presented on the lower or upper eyelid, medial or lateral canthus. The statistical analysis was made using the unpaired ttest. Results: There were 4313 eyelid lesions analyzed over a 15-year period. Of those, 323 (7.48%) were BCCs. Two hundred and eighty two (87.30%) were nodular, 15 (4.64%) were nodular with squamous differentiation, 3 (0.92%) were nodular with sebaceous differentiation and 23 (7.12%) were of the sclerosing type. The overall most common location was the lower lid in 236 (73.06%) cases, followed by upper lid in 44 (13.75%), medial canthus in 32 (9.9%) and lateral canthus in 2 (0.61%) lesions. Nine BCCs (2.78%) had uncertain location. When the histopathological subtypes were evaluated individually the following results were obtained: In the nodular group, 207 (73.4%) lesions were located on the lower lid, 37 (13.12%) in the upper lid, 28 (9.92%) in the medial PAN-AMERICA : 215 CLINICAL SCIENCES A B C D Figure 1: NODULAR BASAL CELL CARCINOMA. A: Eyelid margin showing the proliferation of solid nodules of basaloid cells and the ormation of intratumoral cysts (H/E 50X). B: Solid masses showing peripheral palisading and peritumoral retraction (H/E 200X). C: High magnification of the nodule with the peripheral cells forming a palisade (H/E 400X). D: Presence of melanin in the center of a basal cell carcinoma nodule (H/E 640X). A B C D canthus and 2 (0.7%) in the lateral canthus. In the basosquamous group, 9 (60%) were in the lower lid, 5 (33.33%) in the upper lid, 1 (6.66%) in the medial canthus and no lesions were found in the lateral canthus. In the nodular with sebaceous differentiation group, 2 (66.66%) lower lid and 1 (33.33%) medial canthal lesions were found. In the sclerosing type group, 18 (78.26%) were in the lower lid, 2 (8.69%) in both the upper lid and medial canthus, with no lesions located on the lateral canthal region. Comparing the mean age of each histopathological type, the group of patients with basosquamous carcinoma was the youngest (62.53 years +/- 16.8 years), followed by the group with nodular BCC (65.28 years +/- 15.9 years), and patients with BCC with sebaceous differentiation (67 years +/- 13.14 years), and for the oldest group composed by patients with sclerosing BCC (75.65 years +/- 11.72 years). There were statistically significant values comparing sclerosing BCC with, nodular BCC (p value= 0.0018) and basosquamous carcinoma (p value= 0.0092) using the unpaired t-test Conclusions: In this single center study the incidence and anatomic location of the different histopathological subtypes of basal cell carcinoma were clearly identified. The data presented is of importance when approaching a patient with a suspect periocular lesion. Nodular BCC was the most common histopathological subtype and the preferred location was the lower lid followed by the upper lid. An older age on presentation was associated with the sclerosing subtype, indicating a more aggressive disease with worse prognosis. Furthermore, all suspect lesions should be excised with careful examination of the histopathological subtype. Key words: Basal cell carcinoma, periocular, histopathology, location, age. Introduction: Figure 2: BASO-SQUAMOUS CARCINOMA. A & B: Areas of basal cell carcinoma with keratin pearl formation (H/E 200X & 400X). BASAL CELL CARCINOMA WITH SEBACEOUS DIFFERENTIATION. C & D: Presence of areas of vacuolated cells with clear cytoplasm adjacent to solid basal cell carcinoma (H/E 200X & 400X). A B C D Figure 3: MORPHEA OR SCLEROSING BASAL CELL CARCINOMA. A: Presence of cords of basaloid cells invading the papillary and reticular dermis reaching the deep margin (H/E 25X). B: Desmoplastic collagen reaction between the tumoral invading cells (H/E 100X). C & D: Intermediate and high magnification of the tumoral cells arranged in thin cords producing desmoplastic reaction (H/E 200X & 400X). 216 : PAN-AMERICA Basal cell carcinoma (BCC) is the most common skin and periocular malignancy. Of all skin BCC, 86% involves the head, 14[1] to 16,6%[2] are located in the periocular area. BCC accounts for 80-95% of the eyelid malignancies.[3, 4] Classically, the usual location of BCC is the lower eyelid, followed by medial canthus, upper eyelid and lateral canthus.[5-7]. They can be classified according to its clinical appearance in nodulo-ulcerative, pigmented, sclerosing or morphea, superficial basal cell carcinoma, fibroepithelioma, nevoid basal cell carcinoma syndrome, and generalized follicular basal cell nevus.[4] According to the World Health Organization, BCC can be divided histologicaly into nodular, multifocal, superficial, infiltrative, micronodular, pigmented, basosquamous, keratotic, BCC with annexoid differentiation, BCC in basal naevus syndrome and fibroepithelial.[8] The importance of histopathological characterization is that subtypes such as infiltrative and micronodular are more likely to be incompletely excised resulting in higher recurrence rates.[9] Morphea, infiltrating, and basosquamous subtypes also place patients at high risk for more aggressive disease.[10] In general, BCC is a slowgrowing tumor with rates of metastasis estimated at less than 0.1%.[11, 12] However, if not treated or if inadequately excised, it can cause extensive local destruction.[13] Methods: A retrospective analysis was performed on eyelids speci- Septiembre Marzo 2009 Location Lower Eyelid Upper Eyelid Medial Canthus Nodular * 207 (73.3%) 37 (13.12%) 28 (9.92%) Nod. with Squamous dif. 9 (60%) 5 (33.33%) 1 (6.66%) Nod. with Sebaceous dif. 2 (66.66%) ___ Sclerosing/ Morphea* 18 (78.26%) Total 236 (73.06%) Subtype Lateral Mean Total Canthus Age (years) 2 (0.7%) 65.04 282 ___ 62.53 15 1 (33.33%) ___ 67 3 2 (8.69%) 2 (8.69%) ___ 75.65 23 44 (13.62%) 32 (9.90%) 2 (0.61%) 65.55 323 Table 1: BCC distribution according to subtype, location and mean age * In the Nodular group, 5 cases had uncertain location. There were 3 cases of Exenteration in the Nodular and 1 in the Sclerosing/Morphea groups mens obtained from the Henry C. Witelson Ophthalmic Pathology Registry, Canada over a 15-year period. The lesions were classified according to the histopathological subtype in nodular, nodular with sebaceous differentiation, nodular with squamous (Basosquamous) differentiation and sclerosing type. The mean age was evaluated for each group and correlated with detailed tumor location in the lower or upper eyelid, medial or lateral canthus. The statistical analysis was made using the unpaired t-test. Results: There were 4313 eyelid lesions analyzed over a 15-year period. Of those, 323 (7.48%) were BCCs. Two hundred and eighty two (87.30%) were nodular, 15 (4.64%) nodular with squamous differentiation, 3 (0.92%) nodular with sebaceous differentiation and 23 (7.12%) were of the sclerosing type. The overall most common location was lower lid with 236 (73.06%), followed by upper lid with 44 (13.75%), medial canthus with 32 (9.9%) and lateral canthus with 2 (0.61%) lesions. Nine BCCs (2.78%) had uncertain location. The mean age for eyelid basal cell carcinoma was 65.55 years (+/-15.96 years). Topographic distribution according to histopathological subtype Nodular BCC (figure 1) was the most common histopathological subtype. Of the 282 lesions, 207 (73.4%) lesions were located on the lower lid, 37 (13.12%) in the upper lid, 28 (9.92%) in the medial canthus and 2 (0.7%) in the lateral canthus. Three (1.06%) were exenteration specimens. Five of the cases had uncertain location. The mean age was 65.04 years (+/- 15.9 years). The mean age according to location was: Lower lid 65.24 (+/16.38 years), upper lid 64.81 (+/- 14.16 years), medial canthus 63.03 (+/- 16.49 years), lateral canthus 66 (+/- 7 years), and 62.66 years (+/- 11.55 years) in the exenteration group. BCC with squamous differentiation (figure 2. A&B) represented 15 (4.64%) of the BCC lesions. Nine (60%) were located in the lower lid, 5 (33.33%) in the upper lid, 1 (6.66%) in the medial canthus and no lesions were found in the lateral canthus. The patients in this group were the youngest, with the mean age of 62.53 years (+/- 16.8 years). The mean age was 60.22 (+/- 18.26 years) in the lower lid, 63.6 (+/- 13.67 years) in the upper lid and 78 years in the medial canthus. BCC with sebaceous differentiation (figure 2. C&D) accounted for 3 (0.92%) of the lesions. Of these, two (66.66%) lesions were located on lower lid and one (33.33%) in the medial canthus. No upper lid and lateral canthal lesions were found. The mean age was 67 years (+/- 13.14 years), 60.5 years (+/- 11.5 years) when located in the lower lid and 80 years in the medial canthus. Sclerosing or morphea type (figure 3) represented 23 (7.12%) of the BCCs of the eyelid. Eighteen (78.26%) were in the lower lid, 2 (8.69%) in both the upper lid and medial canthus, with no lesions located on the lateral canthus region. Patients in this group were the oldest, with mean age of 75.65 years (+/- 11.72 years). The mean age was 78.58 (+/- 8.93 years) in the lower lid, 60.5 (+/- 20.5 years) in the upper lid and 74 years (+/- 9 years) in the medial canthus. The patient who had exenteration was 62 years old. Comparing the mean age of each histopathological subtype, the group of patients with basosquamous carcinoma was the youngest (62.53 +/- 16.8 years), followed by the group with nodular BCC (65.28 +/-15.9 years), patients with BCC with sebaceous differentiation (67 +/13.14 years) and patients with sclerosing BCC (75.65 +/- 11.72 years). ). There were statistically significant values comparing sclerosing BCC with, nodular BCC (p value= 0.0018) and basosquamous carcinoma (p value= 0.0092) using the unpaired t-test. Discussion: The histopathological classification used in this present study is simplified, dividing BCC in nodular, nodular with squamous, nodular with sebaceous differentiation and sclerosing or morphea type. According to Margo et al, the most important histopathological feature to classify BCC is whether the tumor has a circumscribe or infiltrative pattern of growth, since it has prognostic implications.[5] The prevalence of BCC among eyelid lesions in our study was 7.48%. In countries with warmer climates and closer to the equator, the prevalence of BCC has been shown to be higher, ranging from 12.5% as reported by Ruiz et al in Mexico, to 38.8% as reported by Gonçalves et al in Brazil. [14,15] This may reflect the higher exposure to U.V. light in those countries. Most of the previous studies have reported that basal cell carcinoma occurs more frequently in the lower lid in 43-87% of cases.[2, 5-7, 16] Medial canthus is reported to be the second most common location of BCC.[5-7, 13, 16] Our study confirmed that the lower eyelid (73.06%) is by far the preferred site of BCC. However, we found a slightly higher incidence in the upper eyelid compared with the medial canthus (13.75 versus 9.90%). Wang et al also found a higher incidence of BCC in lower eyelid (44.3%), followed by upper eyelid (19%), medial canthus (13.9%) and lateral canthus (11.4%).[17] Our study showed that the nodular type preferred site was the lower eyelid, followed by upper eyelid, medial and lateral canthus. Nemet et al. demonstrated that second most common location of the PAN-AMERICA : 217 CLINICAL SCIENCES nodular BCC was in the medial canthus (20.37%), then upper eyelid (11.11%) and lateral canthus (5.02%). In the morphea type group, we found the medial canthus and upper eyelid were equally involved, contrasting with Nemet et al where 38% were located in the medial canthus and 5.12% in the upper eyelid.[18] Karatas et al studied 35 basosquamous carcinomas and the lower eyelid was involved in 45%, medial canthus (30%), upper eyelid (15%) and lateral canthus (10%).[19] In our basosquamous lesions group the second most common location was the upper eyelid (33.33%), then medial canthus (6.66%) with no lesions on the lateral canthus. The overall mean age of BCC in our study was 65.55 years (+/- 15.96 years), in agreement with Scriver et al. that found a mean age of 65 years in males and 67.4 years in females patients.[20] Comparing the mean age of each histopathological type, the group of patients with basosquamous carcinoma was the youngest (62.53 years), followed by the group with nodular BCC (65.28 years), and patients with BCC with sebaceous differentiation (67 years), and for the oldest group composed by patients with sclerosing BCC (75.65 years). There were statistically significant values comparing sclerosing BCC with, nodular BCC (p value= 0.0018) and basosquamous carcinoma (p value= 0.0092) using the unpaired t-test. The main limitation of our study was related to the variety of histopathological classifications in the literature. Therefore, some outcomes of our study can be difficult to compare with previous studies. Nodular BCC was the most common histopathological subtype and the preferred location was the lower lid followed by the upper lid. Even though more commonly located on the lower lid, BCC should be consider in the differential diagnosis on upper lids lesions due its frequency. be excised and careful examination of the subtype should be done. Moreover, patients presenting with BCC at younger age should be evaluated for the presence of squamous differentiation, once its clinical behavior is characterized by more aggressive course, deeply infiltration. Given the higher possibility of distant metastases, these patients must have a close follow-up.[4, 7, 21] In this present study we detailed the most common locations in the different subtypes of the periocular BCCs, and there was no statistically significant difference in location according to a specific histopathological subtype. Patients with sclerosing BCC had a higher mean age at the time of presentation. Therefore, older age can indicate more aggressive disease with worse prognosis. Furthermore, all suspect lesions should REFERENCES 1. Shanoff, L.B., M. Spira, and S.B. Hardy, Basal cell carcinoma: a statistical approach to rational management. Plast Reconstr Surg, 1967. 39(6): p. 619-24. 2. Salomon, J., et al., Basal cell carcinoma on the eyelids: own experience. Dermatol Surg, 2004. 30(2 Pt 2): p. 257-63. 3. McLean IW, B.M., Zimmerman LE, Jacobiec FA., ed. Tumors of the Eye and Ocular Adnexa.Atlas of Tumor Pathology. Armed Forces Institute of Pathology. Bethesa,MD. 1994. 4. Spencer, W., ed. Ophthalmic Pathology: An Atlas and Text book. 4th ed. 1996, W.B Saunders Co. Philadelphia,PA. 5. Margo, C.E. and K. Waltz, Basal cell carcinoma of the eyelid and periocular skin. Surv Ophthalmol, 1993. 38(2): p. 169-92. 6. Cook, B.E., Jr. and G.B. Bartley, Epidemiologic characteristics and clinical course of patients with malignant eyelid tumors in an incidence cohort in Olmsted County, Minnesota. 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Box 365067 San Juan, PR. 00936 [email protected] Resumen Abstract Propósito: Reportar y definir la presentación clínica, régimen de tratamiento, y resultados en visión, de 2 casos de keratitis por Actinomyces en Puerto Rico. Purpose: To report and define the clinical presentation, treatment regimens, and visual outcome of 2 cases of actinomyces keratitis in Puerto Rico. Methods: A retrospective chart review was conducted on two patients diagnosed with Actinomyces Keratitis by corneal culture in the Puerto Rico Medical center from August 2007 to November 2007. Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de dos pacientes diagnosticados con keratitis por Actinomyces en el periodo de Agosto 2007 a Noviembre 2007 Resultados: Ambos pacientes tuvieron historial de trauma asociado a materia vegetal. Ambos, presentaron con ulceras de cornea de 2 a 3 mm de diámetro. Inicialmente ambos pacientes fueron tratados con gotas oftálmicas de vancomicina, y quinolonas de 4ta generación. El tratamiento antifungal, fue eventualmente implementado en ambos casos. Uno de estos pacientes fue diagnosticado con keratitis por Actinomyces, 3 semanas luego de los síntomas iniciales. Este fue tratado eventualmente con gotas oftálmicas de penicilina G y ceftazidina, cada 2 horas. El otro paciente fue diagnosticado con keratitis por Actinomyces, 6 semanas luego de los síntomas iniciales. Se añadió eventualmente una solución oftálmica de una cefalosporina. El paciente que fue tratado con gotas oftálmicas de penicilina G y ceftazidina, logró mejorar significativamente su agudeza visual. Conclusiones: La keratitis por Actinomyces fue inicialmente diagnosticada en ambos casos. La penicilina G, y ceftazidina en solución oftálmica fueron efectivas en el tratamiento temprano de la keratitis por Actinomyces. El retraso en el tratamiento apropiado, esta asociado a una co-morbilidad significativa. La literatura científica es bien limitada en cuanto a la experiencia clínica en keratitis por Actinomyces. literature regarding Actinomyces keratitis clinical experience. Disclaimer: This study was not funded by any organization. None of the authors have any financial interest with any of the products mentioned in this manuscript. Background: Results: Both patients had a history of a previous trauma associated to vegetable matter. Patients had corneal ulcers ranging from 2 to 3 mm in diameter and were all initially treated with topical fourth generation quinolones and vancomycin ophthalmic solution. Antifungal treatment was eventually prescribed to all patients, with topical natamycin 5% every 1 to 2 hours being the most common. One patient was diagnosed with Actinomyces keratitis 3 weeks after initial symptoms. He was treated with eventually only with penicillin G ophthalmic solution and ceftazidime every 2 hours. The other patient was diagnosed with an Actinomyces keratitis 6 weeks after initiation of symptoms. A cephalosporin was eventually added to the treatment regimen of the later patient. The one treated with penicillin G and ceftazidime recovered a visual acuity comparable to his baseline acuity. The other one required a corneal transplantation. Actinomyces is a genus of Gram-positive bacteria. Some species are anaerobic, while others are facultative anaerobic. Many Actinomyces species are opportunistic pathogens of humans and other mammals, particularly in the oral cavity. It is often cultured from the gastrointestinal tract, bronchi, and female genital tract. It can be found also in the soil and in decaying organic matter.1 Actinomycetes have been reported as a causative organism of eye infection in: keratitis, canaliculitis (A. israelii), conjunctivitis, blepharitis, post-surgical endophthalmitis, and in porous orbital implant infection.1 Few cases of Actinomyces keratitis, with variable outcomes has been reported in the scientific literature. We report two cases of Actinomyces keratitis, following an ocular trauma. Conclusions: Actinomyces keratitis was initially misdiagnosed and treated as a fungal keratitis in both cases. Penicillin G ophthalmic solution and oral treatment combined with a ceftazidime ophthalmic solution was an effective treatment in an early actinomyces keratitis. A delay in diagnosis and prolonged treatment delay of Actinomyces keratitis is associated with significant co morbidity. There is limited Case Reports: Patient #1 A 62 y/o male presented to our clinics, at the Puerto Rico Medical Center, referring foreign body sensation, redness, pain and loss of vision in the right eye 2 weeks previous to initial evaluation. Symptoms started while he was removing shrubs from his backyard and felt that something hit his PAN-AMERICA : 219 CASE REPORT right eye. Previous eye or medical history was non contributory. On examination, the best corrected vision was hand movement on the right eye, and 20/60 on left eye. He had a central 2x3 mm epithelial defect, with stromal infiltrate and Decemet’s folds all around the corneal ulcer. A 1.5 mm hypopyon was present (figure 1). The remainder of the ocular examination was unremarkable. Corneal cultures were taken. Patient was started initially on topical vancomycin (40mg/mL), ciprofloxacin, and natamycin, all every 2 hours. Patient was followed in 48 with no significant improvement of the corneal infiltrate or of the hypopyon. Topical amphotericin B (5mg/mL) every 2 hours was added to treatment regimen as the appearance of the ulcer suggested a fungal etiology because of the feathery borders. Patient was also injected with 0.5 ml of amphotericin B (5mg/ml) subconjunctival. On his next visit in 2 days there was deterioration with a larger hypopyon and infiltrate (figure 2). Patient was admitted for IV voriconazole administration was done as cultures still were pending. Five days after the corneal culture, the report came positive for: Actinomyces sp. No sensitivity was done for the specimen. All the previous treatment was discontinued. Topical treatment with ceftazidime (50mg/ ml), and penicillin G (333,000 units/ml) every 1 hour was started. Ceftriaxone 1g IV every 12hours, and clindamycin 600mg IV every 8 hours was given also. The patient had a good response to previously mentioned treatment and was discharged home on inpatient day # 7 on ceftazidime (50mg/ml) topical, and penicillin G (333,000 units/ml) topical every 2 hours. We also prescribed penicillin V 500mg PO every 6 hours for 14 days. In his next follow-visit at 1 week, a hairline hypopyon was noted on exam and still some active infiltration in the cornea was present. The patient was injected with 0.5 mL of ceftazidime (50mg/mL) subconjunctival and 0.5 mL of penicillin G (333,000 units/ mL). The patient was followed in 1 week and complete resolution of the hypopyon and infiltrate on the cornea was noted. Topical penicillin G and topical ceftazidime were tapered down gradually. He was also treated with hypertonic saline ointment 4 times a day for residual corneal edema and his final vision was 20/50 (Figure 3). 220 : PAN-AMERICA Patient #2 A 41 y/o male, came to our clinics with a chief complaint of pain and loss of vision in the left eye since 2 weeks prior . Symptoms started while he was using a trimmer in his backyard, when he felt that something struck his left eye. He received treatment by a private ophthalmologist. First he used neomycin ophthalmic solution every 2 hours. Three days before arriving at our clinic, he was treated with gatifloxacin ophthalmic solution every 2 hour. On examination, the best corrected vision was hand movement on the left eye; He had a central 3x3 mm epithelial defect, with a central infiltrate and no hypopyon. The remainder of the ocular examination was unremarkable. Corneal cultures were taken. He was initially treated topically with vancomycin (40mg/mL) and continued with current ophthalmic gatifloxacin treatment. One week after treatment because the patient had continued to deteriorate with the infiltrate enlarging and presenting feathery borders, a diagnosis of fungal keratitis was suspected. Natamycin was added every 1 hour. On the follow-up visit, corneal cultures were still pending, and patient infiltrate did not show any significant improvement so topical voriconazole (10.5mg/mL) every 1 hour was added to the treatment regimen. Two weeks after initial presentation to us (4 weeks after the trauma), he presented with an intrastromal abscess of 7mm and a 1 mm hypopyon. The patient was injected intrastromal with 0.1 ml of amphotericin B (5mg/mL). He was followed in 24 hours and, since no improvement was noted, he was admitted for intravenous antifungal therapy. Two days later, since the infiltrate was reaching the limbal area, an emergency penetrating keratoplasty (PKP) was performed. Intraoperative cultures were taken, and the patient was kept post-operatively on intravenous amphotericin and topical voriconazole, amphotericin and natamycin. He was also given flourometholone ophthalmic solution 3 times a day, moxifloxacin and tropicamide ophthalmic solution 4 times a day. On day #2 after PKP, partial wound dehiscence occurred, and infiltrates were noted in the graft and peripheral remaining limbus. Flourometholone was discontinued, and he was kept only on antifungals. The infiltrate began to enlarge and one Figure 1 Figure 2 Figure 3 week after surgery, the intraoperative culture was reported as gram positive bacilli, identified later as: Actinomyces sp. No sensitivity was done for the specimen. Previous treatment was discontinued and Septra DS IV every 12 hours and ophthalmic polymyxin and bacitracin every 1 hour was started initially, when only a gram positive bacilli was reported. This was then changed to cefazolin when the actinomyces was identified. The patient responded well to the previously mentioned treatment with resolution of the infiltrate but failure of the corneal graft. He was discharged to home on inpatient day #25. He had a vascularized Septiembre 2009 graft, with ectasia and a visual acuity of light perception and is pending regrafting for visual rehabilitation. Discussion: We present two patients with Actinomyces keratitis. To the best of our knowledge, only 3 other cases of Actinomyces keratitis have been reported in the literature at the time of this submission. Actinomyces keratitis was first described on 1976 by Klemen in Germany.2 In that report, the patient was treated unsuccessfully with intensive local and systemic therapy with penicillin, paracentesis of the anterior chamber with penicillin irrigation, and cautery of the cornea. Corneal infection was cured by an emergency penetrating keratoplasty. The second case reported was on 1989 by Singh M, and Kaur B in Malaysia.3 In this case, the keratitis developed in the absence of any known ocular trauma. It showed a dramatic response to penicillin therapy. choice probably to cover gram positive. In the two reported cases, the ophthalmic gatifloxacin and ciprofloxacin which were given before the diagnosis, were ineffective in treating the actinomyces infection. Neither of the topical ophthalmic antifungals were effective treating this keratitis. Only the treatment with penicillin or a cephalosporin showed a positive effect in the course of the disease. We report these cases to alert the practitioner of an uncommon cause of ulcerative keratitis that can cause severe damage if treatment is delayed, but seems to be very responsive to the appropriate treatment. Actinomyces should be suspected in the presence of slow growing ulcers with fungal appearance, in the absence of positive cultures, and in the patient who is not responding to therapy as expected. Once the diagnosis is made, treatment was effective with penicillin or a topical cephalosporin and systemic treatment. The most recent case reported was on 2008 by Karimian, et al. in Iran.4 They reported a unilateral Actinomcyces israelii keratitis 5 months after laser in situ keratomileusis (LASIK). This patient was treated by topical fortified cefazolin 50mg/m every 2 hours and oral tetracycline 250mg every 6 hours. Topical fluorometholone was started 3 weeks after antibiotic treatment. The BCVA in the affected eye of this patient was 20/25. Both of our cases had a history of trauma with vegetable matter and of presentation of over one week after the trauma that suggests the actinomyces slow growth is similar to fungal keratitis. The appearance of the deep infiltrate with feathery borders may explain why the patients were misdiagnosed as fungal keratitis until cultures were available. Delay in diagnosis and initiation of the appropriate treatment especially in patient #2, in which only the intraoperative culture was positive caused the morbidity. Actinomyces do not respond to 3rd or 4Th generation fluoroquinolones, which is usually the initial treatment for a corneal ulcer, nor does it respond to vancomycin which is usually added to cover for resistant gram positive organisms. A cephalosporin should be considered a better REFERENCES 1. Baron E, et al. ed 9. Manual of Clinical Microbiology. Washington DC American Society of Microbiology, 2007. 2. Singh M, Kaur B. Actinomycetic corneal ulcer. Eye. 1989;3 (Pt 4):460-2. 3. Klemen UM. [Urgent keratoplasty for a corneal infection by actinomyces Klin Monatsbl Augenheilkd. 1976 May;168(05):719-21 4. Karimian F, et al. Delayed onset Actinomyces Keritis after laser in keratomileusis 2008 August;27(7):843-6 PAN-AMERICA : 221 CASE REPORT “Uveitis Anterior Secundario al uso del Acido Zoledrónico en el Tratamiento de la Osteoporosis Postmenopáusica.” Chun Cheng Lin Yang, M.D., M.Sc.1, Carmen María González López, PharmD.1 Afiliación Institucional: 1: Costa Rica Oculoplastics Inc., Hospital Cima San José, San José, Costa Rica Apoyo Finaciero: Ninguno Declaración de interés financiero: Los autores no tienen ningún interés financiero en el tema Abstract Purpose: Report a case of anterior uveitis secondary to use of zoledronic acid for osteoporosis treatment. Methods: Case Report Results: Unilateral anterior uveitis as an idiosyncratic reaction to the use of zoledronic acid for osteoporosis treatment. Conclusion: The use of zoledronic acid is a popular option to treat osteoporisis due to its convenient yearly dose. Although ocular effects including uveitis related to the use of bifosfonates have been well described, this side effect is frequently overlooked by the specialists utilizing this medication. The clinicians utilizing zoledronic acid have to be aware of this sight altering reaction to the use of this medication. More importantly, ophthalmologists must consider zoledronic acid treatment as a differential diagnosis of anterior uveitis. Correspondencias: Chun Cheng Lin Yang, M.D., M.Sc. Costa Rica Oculoplastics Inc. Hospital CIMA San José, Torre 3, Cons. 322 Escazú, Costa Rica Phone number: (506) 2208-8322 Fax number: (506) 2208-8372 Email: [email protected] como endocrinólogos, internistas, ginecólogos deben tener muy presente en el tratamiento de sus pacientes. Más importante aún, los oftalmólogos deben considerar la utilización del ácido zoledrónico como un diagnóstico diferencial de una uveitis anterior aguda. Introducción El ácido zoledrónico comercializado por Novartis bajo el nombre de Reclast® para el mercado norteamericano y Aclasta® para América Latina es un bifosfonato nitrogenado de tercera generación utilizado recientemente con mucha popularidad en el tratamiento de la osteoporosis post menopáusica. La dosificación es de una infusión intravenosa anual de 5 milígramos. El ácido zoledrónico es un agente anti-resorptivo (acción inhibitoria de osteoclastos) con alta afinidad hacia el hueso mineralizado y es excretado por el riñón sin más metabolismo. La dosis de una infusión de 5mg cada año aumenta la densidad mineral ósea en la columna lumbar y cuello femoral de 6.7% y 5.1% respectivamente, y reduce la incidencia de nuevas fracturas vertebrales y de cadera por un 70% y 41% respectivamente en mujeres post menopáusicas con osteoporosis.1 Los efectos comúnmente asociado al uso del ácido zoledrónico son fiebre post dosis, similares a síntomas gripales, mialgia, artralgia, y cefalea. Estos síntomas generalmente pueden presentarse en los primeros días post infusión y son generalmente autolimitadas. Sólo el 0.2% del tratamiento con ácido zolendrónico manifiesta efectos colaterales asociados al ojo y las descritas son iritis, uveitis, escleritis y conjuntivitis.1 Con respecto a la uveitis, existen algunos casos reportados en la literatura.2-7 Sin embargo, el uso del ácido zoledrónico en la mayoría de estos ca- Resumen Propósito: Reportar un caso de uveitis anterior secundario al uso de ácido zoledrónico en el tratamiento de osteoporosis. Método: Reporte de caso Resultados: Uveitis anterior unilateral asociado al uso del ácido zoledrónico para el tratamiento de osteoporosis que resolvió con tratamiento de prednisolona tópica por 6 semanas. Conclusión: En la actualidad, el uso del ácido zoledrónico en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica es popular por su conveniente dosificación anual. La uveitis anterior es una reacción idiosincrática del ácido zoledrónico que los especialistas 222 : PAN-AMERICA Figura 1: A) Aspecto de cámara anterior de la paciente con 24 horas de tratamiento con presencia de membrana inflamatoria, actividad celular, y sinequias posteriores de las 2 horas a 5 horas del reloj. B) Apariencia de la cámara anterior una semana de tratamiento con predinisolona tópica, presencia de pigmentos difusos en cápsula anterior como remanentes de actividad inflamatoria en cámara anterior, disminución de actividad celular, y midriasis medicamentosa con rompimientos de sinequias. Septiembre 2009 sos fueron para el tratamiento de pacientes con cáncer metastático a hueso2-6 y un caso en paciente con gamopatía monoclonal de significancia desconocida (MGUS, siglas en inglés).7 En todos estos casos la uveitis resolvió sin complicaciones visuales posterior a la instauración de esteroides tópicos y la suspensión del ácido zoledrónico. Se presenta el primer caso de uveitis asociado al ácido zoledrónico en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica. Presentación de Caso Paciente femenina de 65 años con diagnóstico de osteoporosis postmenopáusica sin antecedentes de patologías ni trauma oculares se presentó a la consulta con historia de disminución súbita de la agudeza visual en su ojo derecho asociado a visión borrosa, enrojecimiento y dolor ocular 24 horas de evolución. Refería que había recibido una infusión intravenosa de 5mg de ácido zoledrónico indicado por su endocrinólogo el día previo a su consulta. En su examen oftalmológico, la mejor agudeza corregida de la paciente era 20/40 OD y 20/20 OS. La presión intraocular era de 12 mm Hg en ambos ojos. A la biomicroscopía, el ojo derecho cursaba con una inyección cilio-conjuntival difusa moderada, córnea con depósitos queráticos finos difusos en el área inferior (4 a 8 horas del reloj). En la cámara anterior, presencia de células inflamatorias y “flare” de 2 cruces. Además, presencia de una membrana fibrinosa pupilar de inflamación asociado a sinequias posteriores de las 2 horas a 5 horas del reloj. El fondo de ojo estaba normal y el ojo izquierdo cursaba sin datos patológicos. A la paciente se le diagnostica con una uveitis anterior según los hallazgos clínicos. Se le inició tratamiento con prednisolona tópica cada 3 horas y una gota de tropicamida oftálmica cada 6 horas en el ojo derecho. La paciente respondió bien al tratamiento, el cual se le fue disminuyendo gradualmente en los siguientes 6 semanas sin recurrencia del cuadro uveítico. Posterior al tratamiento, la paciente recuperó su visión a 20/20 sin hallazgos residuales de inflamación en su cámara anterior. Discusión El caso presentado es el primer reporte de uveitis anterior secundario al uso de ácido zoledrónico en el tratamiento de la os- Figura 2: Apariencia de segmento anterior de la paciente 6 semanas de tratamiento con prednisolona tópica. No se observa evidencia de actividad inflamatoria en cámara anterior, pupila en midriasis medicamentosa. teoporosis post menopáusica. Los otros casos de uveitis asociado a este medicamento son cuando éste fue utilizado para tratar pacientes con cáncer metastático a hueso2-6 y enfermedad inmunológica.7 Para establecer la imputabilidad del ácido zoderónico en la uveitis de nuestro paciente, utilizamos la escala de Naranjo. Esta consiste en un cuestionario de diez preguntas con puntajes asignados a las respuestas que se suman al final. Dependiendo del puntaje (0 = dudoso, 1-4 = posible, 5-8 = probable, > 9 = definitivamente) se determina la imputabilidad de una reacción adversa de un medicamento.9 En nuestro caso, la uveitis resultó una reac- ción adversa probable del ácido zoledrónico utilizando este método. Los beneficios del ácido zoledrónico en el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica como su uso en los pacientes con enfermedades metastásicas a hueso son bien establecidos.1 Sin embargo, las manifestaciones oculares, tal vez por su poca incidencia, se pasan por alto como un efecto adverso por los médicos que prescriben este medicamento y es de poco conocimiento por lo oftalmólogos como un diagnóstico diferencial de una uveitis anterior. Aunque el mecanismo de la inflamación ocular no es claro, está demostrado que los bifosfonados nitrogenados como el ácido zoledrónico causa niveles elevados de citoquinas pro-inflamatorios incluyendo factor de necrosis tumoral a e interleukina6.8 Actualmente, desde su aprobación por la FDA en 2007, el uso del ácido zoledrónico ha ganado mucha popularidad para el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica por su conveniente dosificación anual de 5mg vía infusión intravenosa.1 Por esta razón, es de suma importancia para los pacientes como los especialistas que utilizan este medicamento, incluyendo internistas, endocrinólogos, ginecólogos, y oncólogos, estar familiarizados con esta reacción adversa ocular asociado a su uso. Más importante aún, como oftalmólogos debemos considerar el uso del ácido zoledrónico como diagnóstico diferencial de una uveitis anterior aguda. REFERENCIAS 1. Lambrinoudaki I, Vlachou S, Galapi F, et al. 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The Gradle Lecturer is selected based on his/her dedication to teaching and advancement of Ophthalmology. THE AJO LECTURE Michel Farah, MD (Brazil), will present the AJO Lecture Perspective in Retina-Vitreous Pharmacology on Monday, October 26, from 12:45 pm to 1:15 pm in the W3024 room of the Moscone Convention Center. Established in 1969 at the VIII Pan-American Congress at Mar del Plata, Argentina, the AJO Lecture is one of the lectures that are traditional at PAAO congresses. THE MOACYR E. ALVARO PAN-AMERICAN LECTURE Enrique Graue Wiechers, MD (Mexico), will present the Moacyr E. Alvaro Pan-American Lecture The Challenges of Ophthalmic Training in the 21st Century on Tuesday, October 27, from 12:45 pm to 1:15 pm in the W3024 room of the Moscone Convention Center. From 1:15 pm to 1:30 pm we will be featuring the Luminaries Session which will be honoring the leadership of the Pan-American, past and present, during this 70th Anniversary of the Pan-American Association of Ophthalmology. The Moacyr E. Alvaro Pan-American Lecture was established in 1995 at the XX Pan-American Congress in Quito, Ecuador, and is traditionally presented by the most recent Past President of the Pan-American Association of Ophthalmology. SPECIAL AWARDS The Benjamin F. Boyd Humanitarian Medal Award for Service to the Americas The Pan-American Association of Ophthalmology is proud to honor H. Dunbar Hoskins MD for his outstanding humanitarian services throughout the world. From 1979 to 1987, Dr. Hoskins served as Secretary-Treasurer of the Association for four consecutive terms, traveling extensively throughout Latin America. From 1993 to 2008, Dr. Hoskins served as Executive Vice President of the American Academy of Ophthalmology. He made every effort to maintain and improve the excellent relationships between the two institutions. His modesty, honesty and concern for the people endear him to his many friends worldwide. It has been his gifted leadership that makes Dr. Hoskins a fully-deserving recipient of the Benjamin F. Boyd Humanitarian Medal. The Benjamin F. Boyd Humanitarian Medal for Services to the Americas was established in 1987 to acknowledge individuals who have extended singular and significant service to the people of the Americas through ophthalmological service and blindness prevention activities, public services related to the advancement of ophthalmology or blindness prevention, or such other service activities. 224 : PAN-AMERICA Septiembre 2009 The Pan-American Association of Ophthalmology 2009 Named Lecturers and Special Awards A. EDWARD MAUMENEE AWARD FOR DISTINGUISHED SERVICES The Pan-American Association of Ophthalmology is honored to present Michael W. Brennan MD the A. Edward Maumenee Award for Distinguished Services. In 1993 Dr. Brennan launched the Pan-American leadership development El Curso de Liderazgo from which many alumni have since gone on to be presidents of their national Ophthalmological societies in Latin America. Dr. Brennan is currently president of the Academy Academy of Ophthalmology. Dr. Brennan is currently in private practice at the Alamance Eye Center. He is a director and chairman of the Medical Alliance for Iraq, an unincorporated volunteer physician group, and a member of the Leadership Council of the North Carolina Medical Society. He is the past president of the Alamance/Caswell Medical Society, Alamance Physician’s Association and the North Carolina Society of Eye Physicians and Surgeons. The A. Edward Maumenee Award for Distinguished Services (formerly known as the Pan-American Medal for Distinguished Services Award) is presented at Pan-American congresses to individuals who have provided exemplary service to the Pan-American Association of Ophthalmology for continuing education for ophthalmologists, the prevention of blindness and the promotion of scientific and cultural exchange among ophthalmologists in the Western Hemisphere. The first medal was given in 1983. GRADLE MEDAL FOR TEACHING The Pan-American Association of Ophthalmology takes special pride in honoring Hugo Dionisio Nano, MD, of Buenos Aires, Argentina, and Albert Vaiser, MD, of Dallas, Texas. In 1985 Dr. Nano and Dr. Vaiser began the Lo Mejor de la Academia en Español course which takes place one day after the Annual Meeting of the AAO. The purpose is to present highlights in Spanish the presentations that took place during the meeting. The meetings have provided an important forum for international doctors to meet and review the latest updates and research in Ophthalmology. The 23rd Lo Mejor de la Academia en Español course is scheduled to take place on October 28, 2009. The Gradle Medal for Teaching was established in 1960 by Mrs. Audry Hayden Gradle in memory of Harry S. Gradle, MD, co-founder of the PAAO. The Gradle Medal for Teaching acknowledges excellence in teaching and education in the field of ophthalmology. This award recognizes a professor ophthalmologist who has demonstrated leadership in developing, implementing, or maintaining an outstanding training. PAN-AMERICA : 225 PAAO Receives the Moacyr Alvaro Gold Medal C riada para honrar a memória do Prof. Jacques Tupinambá, um dos pilares da história da oftalmologia brasileira (que 120 atrás criou o Departamento de Oftalmologia da Santa Casa de São Paulo), a Medalha Jacques Tupinambá é oferecida em apreciação ao trabalho e dedicação de personalidades e instituições da sociedade brasileira e internacional, que se destacaram ao longo dos anos, em atividades ligadas ao ensino da Oftalmologia e à Prevenção da Cegueira e Reabilitação Visual. Em reconhecimento ao papel fundamental da Associação Pan-Americana de Oftalmologia na missão de prover educação médica continuada para oftalmologistas, no seu fundamental trabalho de prevenção à cegueira e reabilitação visual e na promoção de intercâmbio científico e cultural entre oftalmologistas do mundo inteiro, o Departamento de Oftalmologia da Santa Casa de São Paulo na pessoa de sua Diretora, Profa. Dra. M. Cristina Nishiwaki-Dantas (ex-Gillingham Pan-American Fellow), sente-se honrada em nominar a PAAO, no ano de seu 70º aniversário como merecedora de tal honoraria. A entrega da Medalha Jacques Tupinambá ocorreu durante o XVI Simpósio Internacional de Oftalmologia da Santa Casa de São Paulo no Hotel Maksoud Plaza Hotel no dia 19 de Junho de 2009. O Prof. Rubens Belfort Jr, ex-presidente da PAAO e atual chairman da Fundação PanAmericana de Oftalmologia, representou o atual presidente da PAAO, Dr. Richard L. Abbott e todo o Comitê Executivo Created to honor the memory of Professor Jacques Tupinambá, one of the pillars of 226 : PAN-AMERICA The picture shows Dr. Cristian Luco (Chile), PAAO President-Elect; Dra. Ana Luisa Höfling-Lima (Brazil); PAAO Vice President; and Dr Rubens Belfort (Brazil), Chairman of the Board, of the Pan-American Ophthalmological Foundation Brazilian ophthalmological history (and the individual who created the Department of Ophthalmology of Santa Casa de São Paulo 120 years ago), the Jacques Tupinambá Medal is given in appreciation of the work and dedication of the personalities and institutions in Brazilian society and internationally, who have distinguished themselves in activities associated with the teaching of ophthalmology, the prevention of blindness, and vision rehabilitation. In recognition of the fundamental goal of the Pan-American Association of Ophthalmology in its mission to provide continuing medical education for ophthalmologists, its fundamental work in the prevention of blindness and visual rehabilitation, and in the promotion of scientific and cultural exchange between ophthalmologists the world over, the Department of Ophthalmology of Santa Casa de São Paulo, through its Director, Professor M. Cristina Nishiwaki-Dantas (former Gillingham Fellow), was honored to nominate the PAAO in the year of its 70th anniversary as the recipient of this honor. Presentation of the Jacques Tupinambá Medal took place during the 16th International Symposium of Ophthalmology of Santa Casa de São Paulo at the Hotel Maksoud Plaza on June 19, 2009. Professor Rubens Belfort, ex-President of the PAAO and current Chairman of the PanAmerican Foundation of Ophthalmology represented the current President of the PAAO, Dr. Richard Abbott and the Executive Committee. Mark Your Calendar The Foundation of the Pan American Association of Ophthalmology Gala Yacht Event San Francisco, California. Friday, October 23, 2009 7 PM - 10 PM Food, dancing, cash bar! Tickets go on sale soon! www.paao.org Preserva la visión alcanzando las menores presiones-objetivo en más pacientes Investigadores de diversos estudios, (AGIS, Shirakashi, Shields) han comprobado que alcanzar y mantener la PIO entre 14 y 15 mmHg reduce la progresión de pérdida del campo visual1,2,3. Lumigan® alcanza la PIO-objetivo de 14/15 mmHg en un mayor número de pacientes: ® vs. timolol 4 ® vs. dorzolamida/ timolol 5 ® vs. latanoprost 6 Porcentaje de Pacientes que alcanzaron la PIO-Objetivo ≤14 21% 9% 17% 2% 19% 9% Porcentaje de Pacientes que alcanzaron la PIO-Objetivo ≤15 31% 16% 24% 9% 29% 14% Lumigan ® (bimatoprost) Forma farmacéutica y pr esentación. Composición. Cada ml contiene: 0,3 mg de bimatoprost. Vehículo: cloreto de sódio, fosfato de sódio presentación. esentación.Frascos cuenta-gotas conteniendo 5 ml de solución oftalmológica estéril de bimatoprost a 0,03%. USO ADULTO.Composición. hepta-hidratado, ácido cítrico mono-hidratado, ácido clorídrico y/o hidróxido de sódio, cloruro de benzalconio y agua purificada qsp. Indicaciones. LUMIGAN® (bimatoprost) es indicado para la reducción de la presión intra-ocular elevada en pacientes con glaucona o hipertensión ecauciones y Adver tencias. Advertencias. Fueron relatados aumento gradual del crescimiento Contraindicaciones. LUMIGAN® (bimatoprost) está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad al bimatoprost o cualquier otro componente de la fórmula del producto. Pr Precauciones Advertencias. ocular.Contraindicaciones. de las pestañas en el largo y espesura, y oscurecimiento de las pestañas (en 22% de los pacientes después 3 meses, y 36% después 6 meses de tratamiento), y, oscurecimiento de los párpados (en 1 a <3% de los pacientes después 3 meses y 3 a 10% de los pacientes después 6 meses de tratamiento). También fue relatado oscurecimiento del íris en 0,2% de los pacientes tratados durante 3 meses y en 1,1% de los pacientes tratados durante 6 meses. Algunas de esas alteraciones pueden ser permanentes. Pacientes que deben recibir el tratamiento ecauciones LUMIGAN® (bimatoprost) no fue estudiado en pacientes con insuficiencia renal o hepática y por lo tanto debe ser utilizado con cautela en tales pacientes.Las lentes de contacto deben Precauciones de apenas uno de los ojos, deben ser informados a respecto de esas reacciones. Pr ser retiradas antes de la instilación de LUMIGAN® (bimatoprost) y pueden ser recolocadas 15 minutos después. Los pacientes deben ser advertidos de que el producto contiene cloruro de benzalconio, que es absorvido por las lentes hidrofílicas.Si más que un medicamento de uso tópico ocular estuviera siendo utilizado, se debe respetar un intervalo de por lo menos 5 minutos entre las aplicaciones.No está previsto que LUMIGAN® (bimatoprost) presente influencia sobre la capacidad del paciente conducir vehículos u operar máquinas, sin embargo, así como para cualquier colírio, puede ocurrir visión borrosa transitoria después de la instilación; en estos casos el paciente debe aguardar que la visión se normalice antes de conducir u operar máquinas. Interacciones medicamentosas. medicamentosas.Considerando que las concentraciones circulantes sistemicas de bimatoprost son extremadamente bajas después múltiplas instilaciones oculares (menos de 0,2 ng/ml), y, que hay varias vías encimáticas envueltas en la biotransformación de bimatoprost, no son previstas interacciones medicamentosas en humanos. eacciones adversas. LUMIGAN® (bimatoprost) es bien tolerado, pudiendo causar eventos adversos oculares leves a moderados y no graves.Eventos adversos ocurriendo en 10-40% de los pacientes que recibieron doses únicas diarias, durante No son conocidas incompatibilidades. RReacciones 3 meses, en orden decreciente de incidencia fueron: hiperenia conjuntival, crecimento de las pestañas y prurito ocular.Eventos adversos ocurriendo en aproximadamente 3 a < 10% de los pacientes, en orden decreciente de incidencia, incluyeron: sequedad ocular, ardor ocular, sensación de cuerpo estraño en el ojo, dolor ocular y distúrbios de la visión.Eventos adversos ocurriendo en 1 a <3% de los pacientes fueron: cefalea, eritema de los párpados, pigmentación de la piel periocular, irritación ocular, secreción ocular, astenopia, conjuntivitis alérgica, lagrimeo, y fotofobia.En menos de 1% de los pacientes fueron relatadas: inflamación intra-ocular, mencionada como iritis y pigmentación del íris, ceratitis puntiforme superficial, alteración de las pruebas de función hepática e infecciones (principalmente resfriados e infecciones de las vías respiratorias).Con tratamientos de 6 meses de duración fueron observados, además de los eventos adversos relatados más arriba, en aproximadamente 1 a <3% de los pacientes, edema conjuntival, blefaritis y astenia. En tratamientos de asociación con betabloqueador, durante 6 meses, además de los eventos de más arriba, fueron observados en aproximadamente 1 a <3% de los pacientes, erosión de la córnea, y empeoramiento de la acuidad visual. En menos de 1% de los pacientes, blefarospasmo, depresión, retracción de los párpados, Posología y Administración. hemorragia retiniana y vértigo.La frecuencia y gravedad de los eventos adversos fueron relacionados a la dosis, y, en general, ocurrieron cuando la dosis recomendada no fue seguida.Posología Administración.Aplicar una gota en el ojo afectado, una vez al día, a la noche. La dosis no debe exceder a una dosis única diaria, pues fue demostrado que la administración más frecuente puede disminuir el efecto hipotensor sobre la hipertensión ocular.LUMIGAN® (bimatoprost) puede ser administrado concomitantemente con otros productos oftálmicos tópicos para reducir la hipertensión intra-ocular, respetándose el intervalo de por lo menos 5 minutos entre la administración de los medicamentos. VENTA BAJO PRESCRIPCIÓN MÉDICA.“ESTE PRODUCTO ES UM MEDICAMENTO NUEVO AUNQUE LAS INVESTIGACIONES HAYAN INDICADO EFICACIA Y SEGURIDAD, CUANDO CORRECTAMENTE INDICADO, PUEDEN SURGIR REACCIONES ADVERSAS NO PREVISTAS, AÚN NO DESCRIPTAS O CONOCIDAS, EN CASO DE SOSPECHA DE REACCIÓN ADVERSA, EL MÉDICO RESPONSABLE DEBE SER NOTIFICADO. 1. The AGIS Investigators: The Advanced Glaucoma Intervetion Study - The Relationship Between Control of Intraocular Pressure and Visual Field Deterioration. Am. J. Ophthalmol, 130 (4): 429-40, 2000. 2. Shirakashi, M. et al: Intraocular Pressure-Dependent Progression of Visual Field Loss in Advanced Primary Open-Angle Glaucoma: A 15-Year Follow-Up. Ophthalmologica, 207: 1-5, 1993. 3. Mao, LK; Stewart, WC; Shields, MB: Correlation Between Intraocular Pressure Control and Progressive Glaucomatous Damage in Primary Open-Angle Glaucoma. Am. J. Ophthalmol, 111: 51-55, 1991. 4. Higginbotham, EJ et al. One-Year Comparison of Bimatoprost with Timolol in Patients with Glaucoma or Ocular Hypertension. Presented at American Academy Ophthalmology, Nov 11-14, 2001. 5. Gandolfi, S et al. Three-Month Comparison of Bimatoprost and Latanoprost in Patients with Glaucoma and Ocular Hypertension. Adv. Ther, 18 (3): 110-121, 2001. 6. Coleman, AL et al: A 3-Month Comparison of Bimatoprost with Timolol/Dorzolamide in Patients with Glaucoma or Ocular Hypertension. Presented at American Acedemy of Ophthalmol, New Orleans, La, 2001. Mejor comodidad posológica: 1 vez al día. No requiere refrigeración. Presentación conteniendo 3 ml.